miércoles, 30 de diciembre de 2009

Llamando a Nora


143 ¡Gon, ponte al teléfono que vamos a hablar con Nora!, ¿por qué línea?, por la internacional, voy:

- ¡Hola Nora, como estás, Feliz Año!

- Feliz Año a vosotros.

- Hola Nora, soy Gon, la foto que viste es del Algarve, en Portugal, muy bonita ¿verdad?

- ¡Oh si me encantó!

- Pues más bonito es todo el litoral, los portugueses lo tienen muy bien cuidado porque de eso viven durante el verano, aunque yo estuve en nuestro invierno, no te confundas ¡eh!

- No, no me confundo Gon, ya sé que allá están en invierno, con frío, agua y esas cosas, por acá calor, mucho calor.

- A nosotros no nos importa este tiempo, Nora, -soy Alba-, lo tenemos como para disfrutar, que luego llega el verano y se hace larguísimo. Oye Nora...

- Dime Alba.

- ¿De verdad te gustó el poema “Anoche”?

- Me encantó, que bellísimo ¿lo compusiste vos?

- Bueno, se puede decir que es de la firma Arruillo, aunque el trabajo intelectual..

- ¡Eh,eeh! No te pases Alba, que yo también aporté mi granito de arena.

- ¡Ya lo sé!, pero en lo referente a la poesía...

- ¡Ei,ei, no se peleen! Terminemos el año bien.

- Perdona Nora, tienes razón, en fin que nos alegramos que te gustase y que además te invocara buenos recuerdos. Gon, explícale lo de los seguidores, anda que tú estás más enterado.

- Si, andá boludo, que no me aclaro.

- Tú no te preocupes de nada Nora, simplemente pincha donde pone seguidores y ya está, nosotros colgamos el cuadro con tu foto.

- Si, pero obligo a que sean seguidores míos.

- ¡Nada, nada, no te preocupes, no obligas a nada! A ti te gusta esta casa, pones tu foto y se acabó, ya no hay más compromisos por parte de nadie ¿Entendido?

- Está bien Gon, lo intentaré.

- Oye Nora, lo de los juguetes: ya nos gustaría a nosotros que todos los niños lo tuviesen, no importa quien fuese el encargado de hacérselos llegar, lo que pasa es que tanto a Gon como a mí nos llevaron desde pequeñitos a ver Los Reyes y esas cosas marcan mucho.

- Que no tiene nada que ver con que vivamos en una Monarquía.

- Ya lo sé bobo, no seas boludo.

- Claro Gon, a ver si te crees que el Atlántico separa tanto.

- ¿Oye Nora, te gusta la fotografía?

- ¡Aaah si, me encanta!

- Nos lo figurábamos, me lo había comentado Gon, nosotros colgamos siempre las de nuestro archivo, así de paso lo promocionamos, esperamos que las disfrutes, por cierto Gon, vamos a cantarle aquello de...

- ¡¡Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz!! Te deseamos Nora, cumpleaños feeeeeliz.

- ¡Gon, que viene Don José ! Lo sentimos Nora te tenemos que dejar, que como se entere el jefe por la línea que estamos hablando nos mata.

- ¡¡FELIZ 2010!!


jueves, 24 de diciembre de 2009

Alicia Peña (1)


142 Gon, que te lo pases muy bien esta noche, ¡Gracias Alba!, y a todos los que de vez en cuando nos hacen alguna que otra visita, lo mismo digo, ¿y al jefe?, déjate de tonterías y cuelga ya el relato:


ALICIA PEÑA (1)

La oficina huele a cerrado, a pesar de que cada día a las ocho se abre la puerta de entrada y hay una ventana que comunica con el patio exterior. La fueron a hacer en un pasillo abandonado del edificio, en la planta baja. Hay poca luz por lo que la dependencia del neón se hace inexcusable, si se quiere leer los papeles correspondientes a la jornada, o acertar con los números del teléfono situado encima de la mesa. Allí se limpia poco, porque al estar tan alejada del grueso de dependencias del edificio nadie se acuerda de ella ni de las quejas de sus inquilinos, así que de vez en cuando se espolvorea un poco de líquido ambientador con olor a fruta madura, y a tachar otro día del almanaque. Parece mentira, pero el espacio está tan bien aprovechado, que es imposible pensar que allí conviven tres personas sin que lleguen nunca a tropezar una con otra.

Aunque para empezar a situarnos debemos decir, convivían, porque desde un veinte de julio la situación cambió tanto, que la oficina entró a formar parte de lo que por aquel edificio se conoce como “dominios de la monja”, de la cual todo el mundo hablaba y nadie la había visto. Los más viejos el lugar cuentan que en otros tiempos el solar estuvo ocupado por una congregación religiosa, que por mano del destino y de la Administración pública tuvieron que abandonar ese espacio, donde en la actualidad se levanta un moderno edificio inteligente, aunque se ve que no lo suficiente como para poder detectar las andanzas de esta singular hermana. Se conoce que no se fueron de allí totalmente satisfechas y quedó la estela de este misterioso personaje, que en la actualidad marca el devenir del edificio y en particular de esa insignificante oficina olvidada en lo que antaño fuera un callejón cualquiera. Como digo convivían tres personas, cada una de ellas con su mesa correspondiente y enfrascadas en la batalla diaria con los papeles, pero luego de aquel veinte de julio, comenzaron a suceder hechos extraños que llamaron la atención de esta minúscula oficina. Uno de los componentes del trío, dejó de ocupar su mesa habitual y nunca más se supo de él; no se sabe si fue trasladado, sufrió de algún tipo de accidente o se jubiló de forma anticipada. Sus dos compañeros comenzaron a echarlo de menos, notaban que no asistía al trabajo y dejaron de percibir el olor a tabaco, que delataba bien a las claras que no entraba en la oficina. Sea porque entró en vigor la ley antitabaco, que no permitía fumar en el interior de las oficinas o porque coincidió con una racha de papeleo que nublaba la vista, lo cierto es que pasaron los días y el trío pasó a convertirse definitivamente en un dúo. El jefe pasaba de vez en cuando por la puerta, se asomaba a la ventana, veía los ordenadores encendidos y sin decir ni media palabra continuaba su camino, para coger el ascensor inteligente, que le iba contando mientras ascendía las últimas novedades concernientes a su departamento, amén de darle también los últimos cotilleos del Real Betis que para eso lo tenía programado desde su pentium personal, con el salvapantallas del estadio Manuel Ruiz de Lopera. Todo un detalle para alguien que tenía los minutos contados, y que se sabía era uno de los motores de la empresa.

La monja, fiel a su destino, comenzó pronto a dejarse sentir por las cuatro paredes de aquel rincón: no se sabe como, pero la mesa que un día fuera abandonada presentaba siempre el mismo aspecto, en ella no aparecían telarañas ni más motas de polvo que las habituales, ni incrementó el número de manchas, ni se notaba nada especial salvo pequeños detalles como el del ordenador, el sonido del teléfono, que aunque nadie lo cogía, sonaba cada día y hasta había veces que se parecía escuchar el clic de haber colgado. Pero ¿quién se iba a fijar es esos detalles? El ritmo de trabajo no daba para tanto chismorreo y el dúo permanecía tieso en sus sillas correspondientes ensimismado con sus respectivas tareas. Habían oído hablar – en el rato del café – de otra aparición de la monja por la planta quinta del edificio inteligente, que un poco más y acaba con la vida del pobre vigilante, que alertado por los empleados acudió a ver que sucedía con la máquina de los refrescos pues según ellos la monja estaba cogiendo provisiones para toda la congregación; se ve que se le rompió alguna lata, manchó el pasillo y cuando el pobre hombre llegó de prisa y corriendo, porque esta vez si que la pescaba con las manos en la masa, ¡zas!, dio con sus huesos en las duras losas del suelo, llevándose un porrazo en la cabeza como para acordarse de la congregación entera incluida la madre superiora. Sus compañeros en los monitores centrales del edificio, no daban crédito a lo que éste les contó cuando se recuperó porque lo que es verla, verla, no la habían visto y los empleados preferían meter la nariz dentro de la pantalla del ordenador, antes que asomarse a ver que pasaba.

Allí se estaba para trabajar no para esas tonterías que decían los demás que pasaban por el edificio. Así que el dúo de la oficinita de la planta baja no iba a ser menos y estaban para lo que estaban. Cuando eran tres y como la puerta de entrada era semitransparente, siempre tenían que estar atentos para no darse un trastazo, con la figura que se perfilaba al otro lado; así que había una regla no escrita según la cual tenía preferencia la figura a la que no se le distinguían las dos manos por encima de los hombros y en continuo movimiento; ahora que son dos no han podido abandonar la regla, porque más de una vez se han encontrado con la figura al otro lado de la puerta moviendo las manos, estando ellos dos en el mismo sitio; se han mirado, se han encogido levemente de hombros y han continuado con su trabajo.

.../...Continúa en Alicia Peña (2)


miércoles, 23 de diciembre de 2009

El día después


141 Gon, acabo de asomarme al pasillo y he visto una foto que me inquieta, ¿qué foto?, de un nuevo inquilino que se hace llamar parisina01, pero que no consigo saber quien es, ¿has entrado en su página?, no es fácil, ¿le has preguntado al jefe?, no, no se me ha ocurrido, pues entonces espérate un poco, que igual se trata de un error, si será lo mejor, hablando de otra cosa ¡qué forma de llover!, tú no querías agua: ¡pues toma agua!, es que casi no llego esta mañana, era todo una inmensa laguna, ya volverán a su cauce, no te preocupes Alba que aquí no tenemos muchos episodios de estos, pero es que es mucho agua, ¡vale Alba déjalo ya!, ¿tienes preparados los deberes para esta tarde?, tú crees que vamos a poder llegar a la Tertulia?, no hemos llegado al curro ¿por qué no vamos a llegar a la Tertulia?, tienes razón Gon, es que me agobio en estas situaciones, pues no hay que agobiarse Alba, ¿hay avances con la policía o los políticos?, ¿con respecto a qué?, a qué va a ser Alba, al proyecto IFA09, a mí no me ha llamado nadie, ¿ni el jefe?, ni el jefe, pues te va a llamar Alba, no lo dudes porque ya le estás dando demasiado tiempo a tus enlaces y yo estoy deseando de comenzar a escribir, pero si aún nos quedan los esquemas, las escenas, los diálogos, todo lo que ti quieras Alba, pero –repito – a Don José se le está agotando la paciencia y cualquier día se nos presenta aquí y nos monta el número, hablando de números ¿Qué tal la lotería?, ¿tú vives en Madrid?, ¡qué preguntas tienes!, a seguir con la peña de la esquina, que además si algún día toca, nos quitará de trabajar, ¿a ti y a mí, que dices Gon?, es un ejemplo: quiero decir que tenemos más posibilidades de hacernos ricos cualquier día antes que en Navidad, en eso tienes razón pero se juega por la costumbre, por la inercia, por lo que tú quieras Gon, pero a mí se me ha ido un pico, que si te hubiera tocado ni siquiera te lo plantearías, ahí está la clave del juego, ¿qué conversación más tonta no?, ¿y de qué vamos a hablar el día 23 de diciembre?, de Bocaccio, del Amadís, eso tú siempre dando caña, deja la tarea para otro momento, que no paras, ya hablaremos de eso, si, como del Ulises, ¿otra vez?, creí que se te había olvidado, cambia de disco que estas rallado, ¡ja,ja,ja!, ríe, ríe que ya veremos quien es el último, ¡Adios Gon, ja,ja, ya nos veremos!

lunes, 21 de diciembre de 2009

LLega la Navidad


140 ¿Gon tú estas con Papá Noel o con los Reyes Magos?, ¿Y porqué no con los dos?, ya estamos ¡me quieres contestar a lo que te he preguntado!, está bien no te enfades que estamos en Navidad, yo soy de los Reyes, de toda la vida, o sea que no ves bien la presencia del señor de rojo, pues no, porque ya consumimos bastantes sin necesidad de ese incentivo, o sea, que lo ves como un acicate para ir de compras, ¿y que puede ser si no?, puede ser por ejemplo una oportunidad para que los pequeños utilicen sus juguetes en días de vacaciones, ¿qué pasa que ya no va a haber más vacaciones en el años?, para que los adultos se intercambien regalos, ¿y para eso hace falta esa figura?, para hacer más vistosa la decoración navideña, ¡ya vale Alba!, quien quiera regalar que regale, ya se encargan de eso los centros comerciales con sus anuncios, pero déjate de meter más gente en este negocio que como sigamos así va a pegar una explosión cualquier año, que va a ocurrir como con los ladrillos, ¿qué quieres decir que se va a acabar el turrón?, sabes de sobra lo que quiero decir Alba, cuéntame algo más de andar por casa y deja que cada cual viva estos días como quiera o pueda, está bien Gon: Fernando nos dice que coincidimos sobre lo que hablamos, pero es que en estos días ¿quién no habla del frío, de la nieve o del agua?, para eso estamos en invierno, no, así es Gon, lo que ocurre es que por aquí, por el Sur estos cambios meteorológicos son siempre distintos, no estamos acostumbrados a ver la nieve en la puerta de nuestras casas, o al uso frecuente del paraguas y esas cosas, ¿algo más?, también nos ha visitado Miguel Angel, que ya hacía tiempo que no pasaba por aquí, se ve que anda atareado con su nuevo trabajo, suerte Miguel Angel, ¿y del jefe no me dices nada?, que sigue embobado con su nieta, ¡ah! pues mejor para nosotros que podemos trabajar más relajados, como lo sabes Gon, como lo sabes.


viernes, 18 de diciembre de 2009

Anoche


139 Agradecemos a Fernando su inagotable paciencia para con nuestro quehacer, pero hoy anda Gon con alguna prisa porque está ansioso de colgar unos versos, ¡Gracias Fernando!





Anoche mientras sobrevolabas

tu Atlántico

tenía mi mente puesta

en el siete de julio.

No me tembló el pulso,

no se me agrietó la voz,

en algún desconocido archivo temporal

fue alojada esa imagen sonora

que yo llevo pegada en la frente

con un post-it amarillo

infinitesimal.

Blancos azulejos, dieciséis por dieciséis,

amoldaron el testimonio hasta

que el insigne operario entró

con la pertinaz machota.

Yo estaba pensando en Eros,

tu mente cabalgaba junto a Philos,

hemos cambiado de siglo

y no consigo despegarme

esa franja horaria que

nos separa.

¡Ay de los quince años!

-tinta derramada otrora-

aún bulle,

aún galopa brioso el corcel blanco,

rescoldo a la espera de viento,

manantial que busca el río.

Yo también cruzo la mar

y permanezco en silencio.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

LLega el invierno


138 Gon, ¿te has enterado del aprieto en que han puesto los compañeros de Bublelandia a los lectores?, algo he escuchado: se ve que las matemáticas no es el fuerte del personal y no se atreven a meterle mano al reto, pero lo cierto es que estoy un poco alejado ahora de aquella casa, con esta ya tengo bastante, ¿cómo te va con el proyecto IFA09?, más o menos como a ti, todos los días al pie del cañón, terminando de recapitular datos y más datos ¿y tus investigaciones?, eso es ya más complicado Gon, porque los contactos no están respondiendo como se esperaba, así que tendremos que tirar de la imaginación más de lo previsto, tampoco está tan mal, a veces como se suele decir: la ficción supera a la realidad, ya, no obstante el jefe –que para algo es el jefe-, insiste en que continuemos con esas pistas, tanto a nivel policial como político, que ya tendremos tiempo para tirar de nuestros propios recursos, si claro como él no se tiene que poner luego delante del teclado, vamos a dejarlo ahí Gon, que nos estamos metiendo en terreno movedizo, como quieras Alba ¿tenemos hoy Tertulia?, creo que sí aunque tampoco será en el lugar habitual, lo que si tocaremos son temas habituales: análisis de textos propios, alguno ajeno…¿Y Chéjov?, pues no sé si ya le tocará hoy porque a mí se me está olvidando ya las aventuras de la perrita, ¿Y que me dices de Izaskum Gon?¿Has visto que cosa tan bonita ha hecho combinando texto, dibujo y música?, ya lo sé Alba, es que hay gente muy apañada por este bloque, no te preocupes que nosotros algún día, cuando tengamos tiempo, cuando el jefe nos lo permita, cuando el tiempo mejore, ¿qué tiene que ver el tiempo?, que hace mucho frío Alba y se congelan las ideas, anda y tómate un café para espabilarte que ya estás empezando a decir tonterías, ¡adios!

lunes, 14 de diciembre de 2009

Unos días de asueto


137 ¡Hombre Gon! ¡Cuánto tiempo sin verte!, lo mismo digo Alba ¿dónde has estado?, pues mira en esta ocasión y sin que sirva de precedente, me he ido de viaje, ¿qué pasa no puedes salir de viaje?, lo digo Gon, porque el viajero por antonomasia eres tú, bueno vale y ¿dónde has estado?, en El Algarve, en la playa ¡ya me extrañaba!, como el tiempo estaba tan bueno quise alargar un poco más el otoñoverano, ¿y te ha gustado?, ¡ah si! Todo un placer en estas fechas que se ve todo tan tranquilito y no como en el verano, que no hay por donde caminar, por cierto me acordé de ti, ¿por qué?, porque me asomé a la Sierra vecina, a Monchique ¡que me ha gustado Aljezur! ¡ah! y también me asomé al cabo de San Vicente, ahí he estado yo Alba, la punta más occidental del Sur Europa ¡casi nada!, ¿Y por aquí qué tal?, lo de siempre, pocas novedades, el amigo Delfos nos preguntaba como nos iba por Megustaescribir y la verdad no sé que decirle porque la fachada les está quedando preciosa, pero el interior ya no me convence tanto, tienes razón Gon, ya hace tiempo que sólo tenemos presencia testimonial, según creo ¿qué más?, también nos comentaba Nora que tiene dos hijas con actitudes semejantes a las de la protagonista de “Una granja muy particular”, ¿Y la foto?, dice que lo está intentado, ¡ah, vale!, ¿y el jefe?, algo decaído, debe ser cosa de la nieta, que la ve poco,

Comprendo, pues me voy a mi mesa que la tengo llenísima de papeles, es la parte negativa de la vuelta, todo sea por la buena marcha del negocio Gon, nos vemos.


viernes, 4 de diciembre de 2009

Una granja muy particular (y 3)


136 ¿Qué traes bajo el brazo Gon?, el desenlace de la granja, ¡ah que bien!, espera que le diga a Nora que la foto que le reclamamos debe ponerla en el apartado de “Seguidores”, eso, eso que me hace ilu, ¡te hace ilu, te hace ilu!, cuida el lenguaje Gon, se dice: ilusión, anda dame esos folios...
UNA GRANJA MUY PARTICULAR (y3)
.../...Viene de Una granja muy particular(2)

-->
Y fueron precisamente esos reflejos vitales los que vinieron a dar un giro inesperado en su cotidiano vivir. A la clínica donde colaboraba vino un día un personaje relacionado con el mundo de la televisión para que atendiesen a su mascota, a la sazón un simpático chucho que enseguida se prendó de Maite. Aquello fue motivo para que pasado un tiempo la muchacha terminara apareciendo en los hogares andaluces hablando de su forma de relacionarse con los animales. Ella no tenía buena dicción, pero transmitía tanta humanidad, tanta dulzura que en unos meses, Josefa, Luís, Canela, Dionisio y hasta el propio Mini se convirtieron en rutilantes estrellas de la pantalla. La gente aparecía en el plató con sus animales de compañía, las cuotas de pantalla fueron creciendo y Maite pudo trasladarse de la ciudad a una casa de los alrededores, donde se hicieron realidad sus sueños y sus entrañables amigos disponían del espacio suficiente para no molestarse los unos a los otros, incluso aumentó la familia y su padre que era un manitas le construyó una preciosa jaula de grandes dimensiones, donde criaba en cautividad numerosas especies de aves en la categoría de pájaros.
La tía de Maite murió, la hermana terminó por desaparecer de su vida y sus padres estuvieron junto a ella todo lo que les aguantó el cuerpo, pero cuando llegó el temido momento de la soledad de Maite, ésta había madurado lo suficiente, sin dejar de ser una niña de grandes dimensiones, como para no temerle al destino ni necesitar a nadie a su vera. Tenía gente más o menos cerca que la quería, solvencia económica para sacar adelante sus carencias domésticas y sobre todo había conseguido, luego de muchos años vivir siempre rodeada de lo que más amaba en el mundo: su particular granja, sus animales que desde el día que nació le acompañaron, a los que supo cuidar, trasmitirles cariño, llorarles y no dejar nunca abandonados a su suerte. El día de su muerte conservaba en el rostro el brillo de los pómulos y esa brizna de felicidad con la que esbozó su último aliento.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Dudas razonables


135 El otro día estuvo por aquí Nora para decirnos unas palabras muy bellas, si Alba, pero se le olvidó dejarnos una foto para nuestra galería, ya la dejará Gon, no te preocupes que ya verás como la trae bajo el brazo en la próxima visita, eso espero que a mí me gusta tener adornadas las paredes, sigo: y Fernando nos ha prometido un ejemplar de su libro “Las tres Gymnopedias” que hemos buscado en ciertas librerías y que no encontrábamos, así que esto va bien, podría ir mejor, ¡ya! Eso es lo que quiere el jefe, pero es que es un agonía, lo quiere todo, si tú lo ves así, ¿cómo quieres que lo vea Gon?, que sé yo como más actividad, más movimiento, más gente entrando y saliendo por las puertas, eso y que no nos dejen trabajar tranquilamente ¿tú crees que habrías terminado de leer “El lobo estepario” o yo empaparme de los cuentos del genial Capote en ese plan?, es probable que no, pero lo prefiero porque en ese caso, Alba, ya nos echarían una mano para terminar esos encargos, es que lo que pretendo decirte, Gon, es que, ¡no te repitas!, ¡ah perdona!, en fin que es necesario tener tiempo para formarse y hacer bien el trabajo, y lo que yo te digo, Alba, es que de nada sirve nuestro esfuerzo si al final todo queda por ahí perdido por las ondas siderales, si casi nadie contempla el producto que elaboramos, ahora eres tú, Gon, quien está poniendo las palabras del jefe, para que luego digas, ¡de acuerdo! Tienes razón, pero es que a veces hay que ponerse en su lugar, ¡uy que tierno!, si vas a empezar con el cachondeo lo dejamos, sigue, que los mecanismos de control están ahí y lo dicen todo, a mí me gusta por encima de todo la calidad, por eso me gusta ir despacio, ¡ya! Pero a mí me gustaría más movimiento, volvemos al principio Gon, rebobinamos, ¡no!, entonces vamos al tajo.