jueves, 25 de febrero de 2010

Repaso general


160 Gon, casi nunca hablamos de la gente que tenemos en la agenda Reader, pues hablemos, no me refiero a los habituales, que como buenos amigos nos visitan y les correspondemos, me refiero a los demás, te entiendo Alba, a los demás que aunque nos cruzamos miradas y nos saludamos, no hay…, que te entiendo Alba, por ejemplo: Azpeitia, cuya casa es deslumbrante, que tiene una actividad algo especial con el mundo de la poesía, así es Gon, yo suelo hacerle algún que otro comentario, pero la gente que tiene que atender a tantos frentes, suele salir poco de casa, ¡ya!, ¿y qué me dices de Cristina?, que es genial, poco participativa, nos dio un susto de muerte el día de las pistolas ¿te acuerdas?, no me lo recuerdas que aún tiemblo, lo que te decía, me gustaría verla más a menudo, es un bichito, ¿India?, todo sensibilidad, somos viejos conocidos –a pesar de su juventud-, de cuando yo trabajé en Bublelandia y ahora siguiendo su labor poética no deja de sorprender cada vez que me paso por su casa, ¿algo similar a lo que me cuentas de Marisa?, en cierta medida sí, aunque tienen conceptos distintos de la métrica, poseen muchas cosas en común, lo que ocurre con Marisa es que con esa casa tan llena de gente como tiene siempre, se comprende que no le quede tiempo para tomarse un cafetito de vez en cuando por aquí, todo sea por el arte Alba, de Miguel Ángel te puedo decir yo que me encanta la decoración que tiene y lo acogedor que es, y lo que transmite Gon, creo que está un peldaño por encima, por cierto que lo esperamos por la Tertulia, así es nos lo tiene prometido, ¿Inma?, a Inma lo que le pasa es que aparece muy poco incluso por su propia ventana, así que lo tenemos difícil si queremos tenerla más cerca, ¿y qué me dices de Dulce Arsénico?, que es una pena Gon, siempre que alguien se despide es lamentable, pero en este caso que además nos habían acogido de esa manera tan especial…¡Don José!...¿De quién me hablas Gon?, que hasta aquí hemos llegado, que está en la puerta D. José, ¡ah, pues apaga y vámonos!


lunes, 22 de febrero de 2010

Se busca historia (y 3)


159 Hoy no ha venido Gon, pero me ha dejado aquí la tercera y última parte de su última historia ¡Que nos aproveche!...

SE BUSCA HISTORIA (y3)
.../...Viene de Se busca historia (2)
Y estas cosas que me sale de las entrañas, no dejan de sorprenderme a mí mismo, porque en el fondo he sido toda mi puñetera vida un cagón, que hasta hace bien poco miraba debajo de la cama antes de acostarse, y que durante muchos años he visto fantasmas donde sólo hay sombras. Y para que los intrincados vericuetos de la mente estén más justificados, resulta que no estando solo, o sea, si estaba acompañado aunque fuera de un niño, nada de eso me ocurría y no digamos ya si el acompañamiento era más numeroso, entonces yo era Periquillo el primero a la hora de ponerme a la cabeza de aquello que hubiese que descubrir. El interior de uno mismo debe ser algo así como la proyección de todo lo que nos ha ocurrido con el paso del tiempo. Comencé interesándome por las aventuras de Roberto Alcázar y Pedrín y todavía se me abren los poros cada vez que tropiezo con alguna novela donde la aventura está presente. Algo insólito, según me parece a mí.
—Muy bien Julián, creo que ya me has escrito suficientes cosas por hoy. No debes exprimirte más, porque a veces hay que darse un respiro para...
— ¡Ni hablar! Ahora estoy en mi salsa y tienes que escucharme hasta que me quede sin tinta, después de la bulla que me has formado porque no lo estaba haciendo bien.
—Julián, si está muy bien como lo estás haciendo. Observo que por fin fluye adecuadamente el verbo, y además estoy grabándolo todo para que puedas escucharlo cuando tengas una recaída.
—Ni hablar. Yo sigo, que para eso te voy a pagar la consulta. Me dejaste bien claro que tenía que pagar, porque si no esto parecería que no era cosa seria. Así que ahora, escucha.
—De acuerdo Julián, pero hay un límite, porque ya digo que no es bueno llevar a cabo un vaciado total en una única sesión.
— ¿Qué me quieres cobrar más todavía? Ni hablar. Yo he venido aquí a vaciarme y me vacío.
— ¿Pero y los clientes que están?..
— ¡Que esperen!
—Está bien, siéntate y relájate, ya me buscaré alguna excusa. ¿Quieres algo para beber?
—Agua.
—Muy bien, llamaré a Felisa para que te traiga agua. Yo me pediré un cafetito. ¿Te importa?
—No. Tómate lo que quieras, joé, que para eso estás en tu casa. ¿Seguimos?
—Seguimos.
Lo cierto es que ya pocas cosas me quedan por decir. Tiene que ser esto, de sentarse de forma relajada y empezar a escribir cosas, porque yo noto la mejoría, me siento como otro muy distinto a la persona que entró por esa puerta con pasos inseguros. Es bueno largar, no cabe duda, aunque tengo sospechas sobre si esto es adecuado para cualquier persona, porque creo que más de una es mejor que se quede calladita y distraiga su mente con cualquier cosa, porque la vida se va pasando y cuando te das cuenta se te ha ido lo mejor del querer, siempre que el asunto no sea de extrema gravedad. En fin, que me siento bien, que me parece que ya he dicho todo lo que tenía que decir. Ahora que lo interpreten los técnicos. Yo a vivir.
— ¡Ernesto!
—Sí, Julián.
—Que ya he terminado.
— ¡Ah que bien! ¿Cuándo vendrás por aquí otra vez?
—Pues no sé, depende de lo que me pidas por interpretarme.
—Por eso no te preocupes, tú sabes que entre nosotros no va a haber problemas. Si te parece me puedes traer un puñadito de sal como la última vez.
—No te quejes, que así es como se pagaba en otros tiempos.
—Ya, lo que pasa es que mi médico de cabecera, me ha recomendado una dieta hiposódica y con los tres pepinos que le tuve que aceptar el otro día a otro cliente – y además no me gusta el gazpacho -, lo tengo difícil como esto siga así.
—Lo siento mucho, eso te pasa por dártelas de enterado. Si en lugar de montar una consulta, te hubieras dedicado como yo a hacer de paciente pobre, otro gallo te cantaría. Y date con un canto en los dientes, hay quien me paga las prácticas ¡eh! No creas.
—Bueno, si no te quieres molestar en pasar, ya te mandaré las copias, no te preocupes.
—Vale.
—De acuerdo Julián, vete tranquilo que yo seguiré intentando encontrar esa criatura – que tiene que estar por algún lado-, que sea capaz de escribirme la historia de mi vida, no la que tengo, que no me gusta, sino la que podría tener y sé que está en el fondo de alguno de vosotros. A partir de ahí la seguiré escribiendo yo mismo.
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viernes, 19 de febrero de 2010

Visitas


158 Ya me he enterado del mensaje de Fernando, ¡ah si! ¿Y qué?, que va a ser Gon, lo que sospechábamos, que puso el análisis que le hicimos de su novela Tres Gymnopedias en la página que tiene preparada al efecto, y nosotros comiéndonos el coco con lo de las 3G, ¡que brutos! , es que D. José no nos informa adecuadamente de sus actos, vamos Alba no cargues la culpa ahora en el jefe, ya sabemos como es, pero lo cierto es que anduvimos con pocas luces, como quieras Gon, dejemos el asunto y vamos a otra cosa, estuvo por aquí Delfos, ¡ah, si! ¿Cómo le va?, supongo que bien, ya le queda poco para terminar la licenciatura, pero además me confesó que le encanta el piano, ¡anda! Mire usted por donde, y también estuvo por aquí Aires, ¿y qué se cuenta?, que a ver cuando le cuelgas la tercera parte de “Se busca historia” que se desespera, a ver Alba si es que los carnavales…,¿los carnavales?, como se entere D. José te vas a enterar tú de lo que vale un peine, no sabes bien como las gasta, está bien no hablemos más de esto que las paredes oyen, por cierto si ves de nuevo a Aires dile que nos explique que es eso de mj, que me tiene intrigado, ¡cotilla, que eres un cotilla! ¿Terminaste de leer “El túnel”, lo terminé Alba, que bien escribe Sábato, que historia más pasional y que bien llevada, triste y dura, pero desde el punto de vista literario, impecable ¿Y tú cómo vas con Capote?, también lo he terminado de leer y también me ha gustado mucho, ¿A sangre fría?, si claro ¿no era ese el encargo?, a ver si me he leído un libro que no es, tú sabrás, yo lo que sé es que he leído éste y me ha encantado por la forma de describir, llevar la historia y el puyazo que le da a la pena de muerte, ¿ ya está?, por hoy si Gon, es tarde y se nos agota el tiempo, ¡al teclado!, que ya mismo está por aquí quien tú sabes.


martes, 16 de febrero de 2010

Cien sonetos en Carnaval

157 ¿Oye Gon, a ti te ha quedado claro qué quiere decir Fernando con eso de la 3G?, claro, claro lo que se dice claro…, a mí tampoco pero viniendo de su pluma seguro que es algo bueno, seguro Alba, por cierto Izaskun otra vez nos menciona a esa amiga suya –Mari Cruz-, que dice que nos va a enviar a la Tertulia, pero no acaba de llegar, ¿tú le has dicho donde nos reunimos?, claro en Lumbreras, pues entonces ya vendrá y de claro nada ¡eh! Que llevamos dos mesesitos que no le vamos a tener que envidiar nada a Fernando, yo llevo ya tres paraguas rotos, ¡ya! Como aquí los usamos tan poco se ve que son de peor calidad ¿te has fijado en las papeleras de la calle?, ¿a qué viene ahora eso Gon?, a lo que estamos hablando: rara es la que no tiene los restos de algún paraguas, el usar y tirar Gon, el usar y tirar, ¿usar? Yo creo que algunos ni los han estrenado, el otro día me encontré uno en la calle, abierto, que está diez veces mejor que el que yo uso, ¿y por qué lo habían tirado?, porque no hay narices de cerrarlo, con tanto botoncito para abrir, cerrar, plegar, ya sólo les falta hilo musical, es cierto Gon como que cada vez se parecen más a los móviles ¿cómo pueden caber tantas prestaciones en una cosa tan pequeña?, mejor lo dejamos Alba que tengo el cuerpo hecho polvo, no hace falta que me digas de qué, ¡qué gozada de carnaval! ¡Cuánto arte! ¡cómo se lo pasa el personal en la calle! ¡qué ingenio!, por mucho que insistas me quedo con los reportajes de la tele y los videos de youtube, ¡ya!, y eso por deferencia a nuestra amistad, a mí la vida me gusta más relajada, por ejemplo con Neruda ¿conoces los cien sonetos de amor?, algo he oído, no los veinte, los cien, bueno Alba dime ya lo que piensas decirme, resulta que no son sonetos, ahora si que me has dado donde duele ¿entonces que son?, poemas de catorce versos pero de rima libre, ¡acabáramos!, las cosas de los poetas Gon, así es la vida, ya no me digas más, me voy que es tarde, hasta mañana Gon, que descanses, hasta mañana.


viernes, 12 de febrero de 2010

Se busca historia (2)


156 ¿Gon tienes ya la segunda parte del relato?, casi, pues date prisa que Aires está impaciente

SE BUSCA HISTORIA (2)
.../Viene de Se busca historia (1)

Ese m. no tiene porque estar al otro lado del globo terráqueo, ni se puede siempre pensar en el Japón o en la China, que son sitios que caen muy lejos, a veces es suficiente con salir al patio de la casa, al jardín más próximo o a la azotea del bloque para darnos cuenta de lo que nos rodea – vamos a decirlo con la boca llena -, que ya sabemos las desgracias que hay por esos m. de Dios. Un insecto, una flor, una estrella o una frase dicha en el momento oportuno, nos descubrirán lo importante que es dar ese paso de la dedicación a la vida contemplativa, dicho sea en el mejor sentido de la palabra. ¿Cómo puede uno imaginarse que un ser tan diminuto de apenas cuatro centímetros, es capaz de mimetizar su cuerpo para pasar totalmente desapercibido colgado de una rama? Uno en su trabajo de oficina puede ser de lo más formal del universo, pasar casi por un mueble, pero más tarde o más temprano alguien descubre tu presencia y termina por delatarte, pero ese bichito tan pequeñajo, y con esa forma idéntica a la rama en la que se pasa la vida. Esa escena, esa instantánea, se ve una vez o dos en la vida de una persona y nada más. Con las flores pasa tres cuartos de lo mismo: las vemos a bulto, nos parecen bonitas, olorosas, que encajan muy bien con el paisaje o que forman una pradera excepcional para jugar al fútbol, o sacar a pastar a las ovejas, pero ¿nos hemos detenido a contemplarlas? Esa simetría, ese aspecto atractivo para que los insectos vengan a libar justo ahí, donde ellas necesitan darle el abrazo del oso y que sus espermas sean esparcidos cada vez más lejos. De las estrellas ¿Qué decirles? Desde que mi padre me contara la aventura del caballo blanco, que galopaba por el camino de Santiago, quedé fascinado por ese manto de puntitos relucientes con fondo negro, que parecían acercarse cada vez más a mí. Tendido boca arriba en una cama de paja, sintiendo el relente de la noche juguetear con mi nariz, no parecía vencerme el sueño nunca. Desde entonces fue para mí un lujo pasar una noche a la intemperie, escuchando el canto de las ranas, el rumor de las olas o los trinos amorosos del ruiseñor. Y los huesos lo más cerca posible de la madre Tierra, con un aislante para evitar las humedades y poco más, no convienen llevar demasiadas cosas, que aunque parezca lo contrario termina pesando. Es mejor soportar algunas incomodidades, pero la bici no conviene sobrecargarla, porque por muy engrasada que esté y muy bien compensada proporcionalmente, al final hay que moverla y esto tiene que ser a base de riñones. Y los riñones a ciertas edades es mejor tomarlos al jerez que ponerlos a prueba por una sobrecarga.

— ¡Julián, de nuevo estás desvariando! Lo de los riñones puede resultar ingenioso, pero olvídate de los petates y zarandajas similares y céntrate en ti mismo, en tu persona en pelota picada, si quieres que te lo diga más claro.

— ¡Ojú Ernesto, me estás poniendo difícil la forma de explicarme! Hombre, déjame que tire por el camino más corto para que me salgan las palabras, sino me parece a mí que no vamos a ningún lado.

—Julián te recuerdo que estás en una consulta y tú has venido aquí – aparte de ser mi amigo -, a que yo pueda reconducir tu vida, que según tú, no sabe por donde anda.

—Si, es cierto, pero hombre ya que tenemos amistad, mira bien a ver si me haces un favor, y procura sacar lo que puedas en claro, de forma que yo no tenga que quebrar los cascos demasiado, porque si no me parece que no llegamos a ningún lado, porque cuando me da el tic, se me agarrota la mano y cuesta trabajo abrírmela ¡eh! Te lo advierto por lo que pueda pasar.

— ¡Anda, anda! Déjate de tonterías y vuelve a concentrarte en tí mismo, siéntate, relájate y escucha esa musiquilla que sale por los altavoces.

—Ernesto, yo de esto entiendo poco, pero me parece que Rosendo no sea quizás lo más adecuado para una buena relajación.

— ¡Y que quieres que te ponga! ¿Á opá?..

—Hombre, a lo mejor por ahí íbamos mejor. Como estamos en verano.

—Anda, anda, te lo pongo flojito y relájate. Sigamos.

—Sigamos.

Yo sé que tengo que caminar, que no debo arrugarme ante las contrariedades que la vida nos proporciona, porque en eso consiste vivir: ser más fuerte que ese monstruo que trata de derribarnos, de hacer que caigamos en el atajo, de olvidar nuestro verdadero rumbo. No sabemos lo que buscamos y tal vez nunca tengamos claro cual es la mejor decisión, pero si que puede ser cierto que la mejor es aquella que tomamos en un momento dado. Si nos va mal ¿Nos hemos equivocado? ¿Quién nos asegura que no nos hubiese ido peor en otras circunstancias? A veces miro a mi alrededor y encuentro gente que en apariencia lo tienen aún más difícil que yo; no me sirve de mucho, porque ellos no me pueden sacar de mi m., pero tan sólo pensar que yo podría estar haciendo algo por mejorar su situación, ya me sirve de consuelo, y me animo en buscar esa senda que haga que me encuentre mejor. Puede que resulte que en mi afán por coger el petate y lanzarme a conocer el m., sin rumbo conocido, no es más que una huida, una válvula de escape para no afrontar los problemas que me aquejan, o tal vez sea una mezcla de las dos cosas, porque no puedo negar que me atrae, como ser humano que soy, el conocimiento de otras culturas, y otras formas de vida distintas a las que estoy viendo cada día, y que me gustaría hacerlo sin prisas, mezclándome con la gente, tratando de pasar desapercibido y empapándome de todos sus pensamientos. Es tan apasionante descubrir como somos y como nos llevamos con el resto de las criaturas del Universo.

—Muy bien Julián, ahora si vamos por el buen camino.


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miércoles, 10 de febrero de 2010

Perianes


155 ¿Oye Gon, a ti te gusta el piano?, ¿Dónde has estado Alba?, escuchando a Schumann, Chopin y Schubert, ¿a ellos?, a ellos no bruto, a su música, de la mano de Javier Perianes, ¡Qué gozada! ¡Qué placer! ¡Qué forma de posar las manos sobre las teclas!, está bien Alba, comprendo que a ti dada tu alta sensibilidad, te extasie un concierto de piano, pero a mí sinceramente me dormiría, ¿no me digas que no te gusta Gon?, tanto como eso no, la escucho, me relaja, la prefiero a otras músicas, pero nada más, pues no sabes lo que te pierdes, y eso que no te he contado más detalles técnicos, no hace falta Alba, ya sé que te encanta y ya te he dado mi opinión, así que charlemos de otras cosa, ¿te has dado cuenta que se han entusiasmado nuestros amigos con ese título que dejamos caer el otro día?, ¿qué título Gon?, “Gris”, ¡Ah Gris!, tienes razón, así que ya sabes aplícate el cuento porque ahora no podemos defraudar, ¡Oye, oye! Que yo hago mi trabajo con el mayor interés ¿eh?, nunca me planteé hacer algo sin dejarme la piel en ello, tampoco hace falta que lo digas tan redundante, te recuerdo que el jefe aún no ha llegado, ya me entiendes Alba, me interesa hacerlo bien en primer lugar por mí mismo y luego si gusta a los demás, encantado ¡qué quieres que te diga!, de todas formas Gon eso es una tarea a largo plazo, sin embargo a corto plazo, el amigo Fernando ya espera tus noticias, bueno, bueno eso está bien pero todo a su tiempo, por cierto ¿tienes hecho los deberes?, ¿para qué?, los de la Tertulia de esta tarde, si que los he hecho Gon ¿y tú?, yo también, pues nada allí no veremos, me despido de ti y quiero recordarle a Izaskun que de parte de D. José muchas gracias por los besos a Nerea, que aunque aún no los devuelve, si que lo agradece con una sonrisa.


lunes, 8 de febrero de 2010

Se busca historia (1)

154 Con un saludo especial para Nora y Fernando, cuélganos pronto esa historia que traes en la carpeta que estamos impacientes, ya voy Alba…




Camino sin saber por donde, porque en cada paso que doy, va impresa la huella de lo desconocido, el afán por descubrir ese instante irrepetible, que me pueda reportar las ganas de seguir viviendo. Sé que ahí fuera está un mundo lleno de palpitaciones, que demanda mi presencia, que me llama sin cesar para que calme mis ansias de conocimiento. Siempre tuve unos pies ligeros y tan poca chicha, que tenía que hacerle agujeros adicionales a todos los cinturones que me compraba; en alguna ocasión me han apretado los pantalones, y costaba trabajo abrochar el botón de la cintura, pero ello era debido a que la talla no era la adecuada a tan difícil compostura corporal. Por eso, en más de una ocasión, cogía un trozo de cuerda de cáñamo y con dos buenos nudos, asunto solucionado. Mi corazón ha latido siempre por debajo de las pulsaciones propias de la gente de mi edad, por lo que ir el primero, a la hora de caminar, nunca ha supuesto ningún desgaste físico adicional. Me gusta la compañía y sin llegar a ser un gran hablador, nunca me faltaron temas con los que llevar una conversación entretenida.

Así que con todos estos condimentos, que haya decidido coger el petate y lanzarme a la aventura de conocer el mundo, tampoco es como para asustar a nadie. Ya sabía yo antes de salir, que el mundo está tan descubierto, que en su día tuvieron que ponerse de acuerdo los americanos y los rusos para salir al exterior a ver que había por otra parte, pero a mí siempre me ha llamado la atención aquello de las carabelas y los expedicionarios por el continente africano y lo del yeti y esa gente que se mete a darle la vuelta al mundo ( de aquí en adelante m.) de la forma más insospechada: en barco y en solitario, en bicicleta, andando, en globo, en ultraligero y que sé yo de cuantas otras maneras de las que no tengo noticias. Porque eso sí, el planteamiento que yo me hice es que tenía que ser de la manera más ecológica y económica posible: coger una aeronave y darse una vuelta por el espacio no tiene mérito ninguno, y la única emoción posible del evento, es ver el tembleque que experimenta tu cuenta corriente, y por otra parte cualquier artilugio que necesita gasolina tampoco me atrae en absoluto, bastante contaminado tenemos el Planeta como para aumentar aún más su agonía por mi culpa. Como mucho y porque ya tengo cierta edad, el tren o el autobús en situaciones desesperadas son los únicos medios para alguna jornada que lo necesite, el resto a patitas que así es como se ha desplazado siempre el hombre.

— ¡Un momento Julián! – dijo Ernesto -. Ibas de maravilla, pero en cuanto me he descuidado has dado un giro al asunto que no tiene nada que ver lo que estás diciendo ahora, con las primeras líneas que has escrito.

— ¡Ah no! – Se sorprendió Ernesto-. ¿Desde donde crees tú que he cogido otra onda?

—Desde que nombras por primera vez al mundo. Hasta ese momento puede uno imaginarse que estás hablando de tu mundo interior y que lo que necesitas es salir de ti mismo para ver que pasa más allá de tus narices, pero luego das un giro sorprendente y se te ve el plumero de conquistador de ínsulas desconocidas.

— ¡Está bien! Trataré de corregirme.

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jueves, 4 de febrero de 2010

Gris


153 Ya le digo D. José que el informe sobre el Amadís se lo dejé encima de su mesa, pues no lo encuentro, que quiere que le diga Alba ¿no tendrá una copia?, supongo que lo tendré guardado en algún archivo, pero ya le digo: un lenguaje extraño para los tiempos que vivimos, demasiado extenso el relato, que abarca nada más y nada menos que cuatro libros, con un empacho de “cavalleros”, dueñas y doncellas que para que contar, hay que tener en cuenta la época Alba, ya se lo explico en el informe, bueno, bueno no obstante consígame una copia, como usted diga D. José. ¿Con quién hablabas Alba?, ¿tú que crees?, no me digas que a estas horas de la mañana tenemos al jefe currando, se ve que hoy tiene prisas, vamos a dejarlo ¿qué tal los carnavales Gon?, ¡Ah, qué maravilla, como los disfruto!, ¿Has estado en el Falla?, ¡que va!¡que va!, lo mío es por interné, pero da igual yo los disfruto, de vez en cuando tengo alguna interferencia, pero en general se ve bien, ¿y no piensas ir?, la semana que viene, ¡ya! Para la final, eso es Alba, ya veo que a ti también te gusta ¿eh?, no te equivoques Gon, lo que ocurre es que estoy informado que es distinto, informado, informado ¿y qué me dices de IFA09?, ¿qué tiene que ver ahora eso?, no dices que estás informado, pues hala, dime como va ese proyecto, estás insoportable, pero te lo voy a decir: ese proyecto en el que trabajamos tú y yo y que pretende ser una novela, ya no tiene nombre en clave, ha pasado a denominarse “Gris”, muy bonito ¿pero en que fase está?, por mi parte en la de redacción, por la tuya no sé, pues para que lo sepas, además de disfrutar con los carnavales, la parte que me corresponde la tengo superada y en unos días pasaré a corregirte tu redacción, ¡¡Aaah, por favor!!, me voy con D. José que tienes una mañana…

lunes, 1 de febrero de 2010

Más cine por favor


152 Hoy es lunes Gon, supongo que estarás deseando contarme lo bien que te lo pasaste ayer, ¿cómo lo sabes?, bueno ya ves, la experiencia, pues si Alba me lo pasé muy bien ayer porque estuvo un día perfecto para recorrer la Rivera del Cala, que fue lo que estuvimos haciendo ¡qué bien nos lo pasamos! ¡Qué maravilla! ¡Cuántos rincones ocultos tenemos a dos pasos de nuestra casa!...¡para, para Gon!, tampoco hace falta que me hagas ahora un alegato de la Naturaleza porque ya nos conocemos, como quieras ¿y tú que has hecho?, ¿yo?, pues de cine, ¿y qué has visto?, te explico Gon: fui a ver “El cónsul de Sodoma”, ¡ah si! He podido leer que se ha levantado una buena polémica entre el director de la película y Juan Marsé, así es parece que hay desacuerdos puesto que Marsé aparece retratado en la misma con su “pijoaparte”, aunque en definitiva se trata de la vida del poeta Jaime Gil de Biedma, ¿y te ha gustado?, a mí sí, creo que recoge muy bien la época y en especial la forma de vida de ese grupo de intelectuales, ¿intelectuales?, está bien Gon, de gente relacionada con el mundo creativo, no seas tan puñetero, ¿viste algo más?, si a D. Manuel, ¿D. Manuel?, si, no me seas tan despistado, te hablo del Cine Forum, ¡ah bien! ¿y qué viste?, “La verdad sobre el caso Savolta”, ¿no me digas? ¡Qué lástima! Con las ganas que tenía yo de conocer esa cinta, ¡claro! Tanto campo, tanto campo… a lo que íbamos Alba ¿te gustó?, por supuesto: una buena película, de las poco vista en la filmografía de López Vázquez, una gran interpretación no cabe duda, o sea Alba, que entre unas cosas y otras no has salido de Cataluña, mentalmente no, ¡que buenos recuerdos tengo de visita a Barcelona¡, tú siempre con tus viajes, qué quieres es lo que me da vida, anda, dejemos ya el charloteo y al grano, que está por llegar D. José, al grano.