lunes, 28 de marzo de 2011

Autorretrato (1)


243 Estamos contentos, Ananda, de tenerte por esta casa, a veces resulta demasiado tedioso el trabajo y se agradecen estas visitas, lo sé Alba, ¡ah perdona Gon!, no te había visto, lo cual es grave Alba, los monólogos para la tele, ¿tú crees?, mira:
 AUTORRETRATO (1)
Yo nací de la tinta que expelía una estilográfica genérica, que tenía el orgullo de haber sido patrocinada por un tal Plumarol Miglitol, que a mí ni me va ni me viene, ni a ustedes probablemente tampoco, pero que a fuerza de ser sinceros no queda más remedio que constatar, que para eso estamos aquí en este momento. Al principio pensé que el papel que sostenía mi nacimiento era de un blanco virginal, pero conforme fueron desgranándose las líneas y el folio fue llegando a la parte inferior, esa en la que no queda más remedio que darle la vuelta por muy a gusto que se encuentre la mano que sostiene la pluma; cuando el folio se acabó, en definitiva, vino mi primera decepción como ente físico, porque resulta que por detrás de lo que estaba siendo mi expansión como tal, estaba escrito; era un sucio borrador, que en nada tenía correspondencia con lo que en ese preciso momento estaba aconteciendo. Se trataba de un folio que leyéndolo de forma apaisada, se podían encontrar frases tan fuera de lugar como: “material de un solo uso”, “cantidad que recibe”, “cantidad correspondiente”, “bandejas”, “servilletas”, “fecha”, “recibí” y otras lindezas por el estilo, amén de unos números mecanografiados junto a otros escritos en vulgar tinta de bolígrafo. Tuve la curiosidad de fijarme que en el ángulo inferior derecho del folio, apareció el número uno rodeado de un círculo y a continuación crecía en extensión, pasé a un segundo folio donde la mencionada mano continuaba escribe que te escribe dándome forma como quien amasa pan o arcilla. ¿Es bonito nacer, verdad?
Enseguida me familiaricé con esos dedos de uñas cortas, que siempre sujetaban la pluma de la misma forma; al número uno siguió el dos, a éste el tres y así entre folio y folio fui tomando cuerpo, y porque no me he entretenido en leerme, pero parece ser, según noticias que me han llegado por otros medios, que no estoy mal del todo, que a pesar de la cuna tengo buena presencia y con un poco de entrenamiento y otro poco de cirugía estética podría llegar a ser alguien en el mundo del escaparatismo. Lo que pasa es que me consta la pelea tan grande que existe en esto del papel impreso por llegar a ser alguien. Hay mucho dinero de por medio, a pesar de que dicen que se lee poco, de que la televisión y la interné están acabando con la lectura en el formato tradicional. Yo tengo mis dudas, por eso estoy contento de haber nacido y  encontrarme en el mundo de los vivos dándome codazos por destacar, por no pasar sin pena ni gloria por esta vida. Pero eso no es fácil como digo y hay que sufrir mucho para salir del anonimato. Cuando todavía no era más que un bebé, como quien dice, tuve que aguantar no se cuantos arañazos por parte de Plumarol, que por lo que se ve no estaba nada contento con lo que escribía, y no hacía más que tachar y emborronar, vamos que cuando uno se iba haciendo a la idea de cómo le iba a quedar el traje de primera puesta, ¡zas!, el zarpazo y a otra cosa; eso para no mencionar los ataques de furia de la mano que sostiene la pluma, que esos si que eran peligrosos: de buenas a primera y en el momento más inesperado ¡raasss!, el folio rasgado por la mitad o troceado en no sé cuantos pedacitos que acababan en esa caja tan ridícula de guardar todo lo que no sirve. Otras veces el peligro venía en forma de arrugas, y el lánguido e inocente folio acababa convertido en una pelotita, que luego de servir de experimento futbolístico terminaba corriendo la misma suerte que el caso anterior, besándole las paredes a la mencionada caja de cartón con adornos serigrafiados. Uno en su inocencia no acertaba a comprender que estaba pasando, era todo muy difuso y de muy ingrato recuerdo. Supongo que estas serán las cosas que te van marcando, y haciendo que tu vida discurra en uno u otro sentido. Al llegar el punto y final, ese tras el cual aparece la firma del autor y la fecha de nacimiento, vino ese momento crucial de ponerle nombre a la criatura, que por lo que sé, sale del tirón o se lleva un tiempo como en el limbo. Yo tuve suerte y me pusieron nombre de forma rápida, fue nada más concederme la fecha de nacimiento. Otra cosa es ponerse a discutir ahora sobre la conveniencia o no de ese nombre, después de haber desechado tantos otros, pero eso debe ser cosa del destino, al final nos acostumbramos a todo; además siempre me quedará el recurso de cambiarme, va a depender mucho de la popularidad que alcance, pero ahí no hemos llegado todavía.
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viernes, 25 de marzo de 2011

Cuando los bosques mueren

242 ¡Qué alegría me ha dado saber de nuevo de xrisstinah!, ¿qué le había pasado, Alba?, pues parece que sintió antes que nadie la llegada de la primavera, ¿y eso es malo?, para ella sí por aquello de la alergias y esas cosas, ¡ah, ya!, por cierto Gon ¿no observas cierta similitud entre ella y la tía Blasina?, yo no, ¡vale!, y Stella…, ¿qué pasa con Stella, Alba?, que sigue ahí, que parece que le hemos caído bien y que nos escucha ¿te parece poco?, me parece estupendo Alba ¡qué me ha gustado “Confesiones de una máscara”!, ahora me cambias el paso, así de repente…bueno…¿qué destacas?, todo Alba, todo, desde la narración en primera persona, hasta la historia en sí, pasando por esa forma tan natural y sensible, es que Mishima es oriental, ¡ya!, ¿y a ti cómo te va con Dostoiewski?, a punto estoy de terminar el libro, Gon, y me está impresionando, ya te contaré, como quieras, ¿sabes que por fin el manuscrito “Gris”, tiene ya nombre definitivo?, es cierto, tienes razón, Gon, lo estuvimos votando en la Azotea, pero aún no me he enterado qué título salió, no salió ni el tuyo, ni el mío, ¿no me digas?, te digo Alba: si algún día ve la luz, se llamará “Cuando los bosques mueren”, con permiso del editor, claro, esa es otra, nos quebramos los cascos buscando el título adecuado y luego…, eso ya es tarea de D. José ¿no te parece, Alba?, eso creo yo, así que nosotros a lo nuestro, ¿qué es?, ¡trabajar Gon!, trabajar ¿qué va a ser?, no te sulfures Alba, ¿te gustó lo que escuchamos ayer sobre el Ulises?, ¡qué gozada Gon!, resulta estupendo cuando se oye hablar a un experto, es increíble como se puede analizar una obra palabra a palabra, algo de otra galaxia Gon, pero por hoy no nos quedan más líneas que rellenar, entonces ¿nos vamos?, nos vamos, Gon.

lunes, 21 de marzo de 2011

Ya está aquí

241 Llegó la primavera, Gon, así es Alba y de nuevo tenemos cambio de hora con lo mal que me sienta, con estos madrugones que me tengo que dar, y yo, ¡ya!, ¿hablamos de la gente?, hablemos Alba, pues mira Stella, a la que le encanta la poesía se pregunta cosas raras, ¿cómo qué?, como por qué un poema nuestro carece de comentaristas, ¡ay, querida Stella!, esto de la bloguería tiene esas caídas, aquí Alba y yo nos damos el lote de trabajar, le echamos todas las horas del mundo, soportamos a nuestro jefe, estamos a las duras y las maduras,…¡Gon, ya está bien!, y al final ya ves, pero lo hacemos con gusto, con cariño, no te esfuerces más, Gon, que ya te ha entendido, tu reza porque ella siga ahí y pasemos a otra cosa, ¡a lo del caracol!, ¿tiene gracia, eh?, me ha llamado mucho la atención, que quieres que te diga Alba, mira que ponerle al blog Estoesuncaracolyderrapa, ¡como es el personal!, pero la foto está muy graciosa ¿verdad?, no ha quedado mal y hablando de fotos, no te olvides de Inarbona y Pablo Gonz, no me olvido Alba, pero a la vez me pregunto, ¿el qué Gon?, la gente se apunta, nos deja la foto y luego no dicen nada, es que hay gente tímida Gon, ¿no serán mudos?, ¡que borrico eres!, déjalos, ya ves que el jefe se conforma con que siga aumentando el número de fotos en el pasillo, tendremos que habilitar otro espacio, ¿y qué Gon?, nosotros a lo nuestro, que es…, producir, ya lo sé Alba, pero es que me da coraje, pues te aguantas ¿cómo lleva Gris?, ¿la novela?, sí, claro, la novela ¿qué va a ser, el miércoles de ceniza?, ¡jolín, cómo te pones!, ¿y tú como vas con Variaciones?, ¿el poemario?, sí, el poemario Alba, ¿qué va a ser, la entrada de la primavera?, ¡la madre…!, ¡anda, vete a tu sitio que llegamos al fina!, ¿ah, si?, pues adiós, adiós Gon, adiós.

lunes, 14 de marzo de 2011

Apretar un nombre de mujer

240 Tenemos una nueva foto en el pasillo, Gon, ¿de quién se trata?, una brasileña: Suzane Weck, ¿y ha dicho algo?, de momento no, pero nos estamos despistando del objetivo del día, toca poesía, así es Gon, así que hablando de mujeres...

APRETAR UN NOMBRE DE MUJER

Apretar un nombre de mujer
entre mis bíceps aerodinámicos
mientras empalago los labios
de carmín o rosa mancillada
                                      supone
medio reloj de arena. Despierto
cabalgando como el poeta,
trasladándome sin remisión
por voluptuosos montes escondidos.
Nobles manos me moldean
y del interior de la caverna
emanan ligeras voces.
                                Torpes voces.
vomitan sobre mi pecho
palabras y más palabras. Sudo.
Por un instante te desnudo con
delicadeza.
                      Ahora soy jinete,
          Luego me hallo de cubito supino,
Quiero acelerar mis pasos,
tengo inexcusable prisa.
                       Tus besos
me sitúan más atrás, bailando;
          roces púdicos, toques permisibles
y amalgama roja de labios
que se cobran una por una las arenas.
                        Primeros planos repetitivos,
primaveras, dimorfismo sexual,
lianas negras donde clavo
las uñas
para de un decidido impulso
ascender al infinito.
                       Ahí sigue la fragancia
ahí el hedor respirable.
Me planto ante el espejo
y está vacío.

¿En cuantos domicilios de estos bloques se conocerá alguna Rima?. Se sabe lo que es el IVA y porqué quietaron la parda del autobús: lo de ayer—tan lejano– es otra cosa. Más muertos en Somalia y más danzas de protestas en Sudáfrica, donde el calor sigue causando problemas. ¿tendremos que quedarnos todos ciegos?. Me pregunto porque me hará daño el café y el camarero siempre se equivoca con la leche manchada. Hoy es lunes y además me gusta.

viernes, 11 de marzo de 2011

¡Por fin es viernes!

239 ¿Qué está pasando en Megustaescribir, Gon?, pues no lo sé Alba, pero parece que se está produciendo una fuga de cerebros, está visto que no te puedes mover de allí, ¡me cago en la leche!, con el trabajo que me ha costado entablar buenas relaciones, ¿y qué dice D. José?, yo creo que ni se ha enterado, te veo de nuevo cogiendo el petate, vamos a dejarlo Alba, que me pongo negro, hablemos mejor de esta casa que parece que marcha algo mejor, así es Gon, fíjate: resulta que Stella y Carmen Parra son la misma persona, ¡ya! eso es cosa de los avatares, viene a ser los mismo que Arru…¡eh, quieto y parao, Gon!, que te estoy viendo venir, que como se entere el jefe vamos dados, como quieras Alba, sigue con lo que estabas contando, te digo:Ananda Nilayan, además de escribir de lujo, le gusta el tofu, ¿y eso que es, Alba?, ¿no sabes lo que es el tofu?...pues yo tampoco, pero para eso está el Google que lo soluciona todo: se trata de un alimento vegetal a base de leche de soja ¿cómo se te queda el cuerpo?, igual que lo tenía, sigo con mi yogur, ¡de acuerdo!, por cierto que la amiga Ananda hace referencia a la foto que colgué del Algarve y casi, casi saca hasta el lugar dónde la tomé, muy bonita Alba, recuerdo yo aquel viaje tuyo ¿dónde la hiciste?, pues muy bien no me acuerdo, pero no me equivoco mucho si te digo Lagos, tu sabrás que la hiciste, no me acuerdo bien –ya te digo-,también nos ha visitado y dejado su foto- todo hay que decirlo- Manuel Sánchez Acero y por último, para terminar con el repaso de amistades y visitantes, te diré que estuvo por aquí un personaje, Funny pictures que no sé muy bien de qué va, pero que dijo it is very good information, ¿y eso qué es Alba?, eso es inglés Gon, ¡ya!, hasta ahí llego, lo que quiero decirte…, ya lo sé Gon, lo que quieres decirme es que very good, o sea que le ha gustado como marcha el negocio por esta casa, ¡joder con el inglés!, ¡el lenguaje, Gon!, lo sé lo sé Alba, pero es que si digo “jolines”, no rima, ¡siendo así!, ¿ y la Azotea tertuliana?, de eso ya hablaremos otro día Gon, ahora tengo que dejarte que me espera D. José.

lunes, 7 de marzo de 2011

Vuelve Gon

238 ¡Hombre, Gon! ¡Cuánto me alegro de verte, y yo también Alba, ¿cómo te va?, aquí como siempre, ya sabes, mucho trabajo, para eso estoy yo aquí, Alba, para echarte una mano, pues vamos a ello, como te decía resulta que tu plan de los yogures parece que ha sido como una dieta adelgazante, ¿a qué te refieres?, pues que le ha sentado muy bien a las mujeres, ¡no me digas!, pues sí, precisamente hoy que estamos en la víspera de una gran celebración, cuéntame Alba que ando algo despistado, resulta que Ananda ha debido darse un atracón porque le ha sentado la mar de bien tu dieta, ¿y quien es Ananda?, ¡ah!, que no la conoces, pues pásate por su página que no tiene desperdicio, lo haré, Miuris, a la que conocimos el día de los Premios blogueros de Sevilla, también se tomó un yogur y parece que le sentó muy bien, ¿no me digas? ¿todo eso me estoy perdiendo?, a ver, te cambias de mesa de trabajo como el que cambia de camisa, ¿yo?, querrás decir que el jefe me envió a otro sitio, las cosas por su nombre Alba, no me líes, tienes razón Gon, es que en el fondo te echo de menos, ¡anda, déjate de zalamerías y sigue contándome!, también ha probado tu yogur Stella, delicada poeta de nuestra tierra, tendré que ponerme al día, y además, ¡ah! ¿pero hay más?, hay más Gon, nos han dejado su foto en el pasillo, Carmen Parra y belkitorres, ¡joder!, lo que me estoy perdiendo, ¡Gon, el lenguaje!, ¿así habláis en la otra casa?, ¡venga Alba!, déjate de sutilezas y sigue contándome, ya termino la retahíla, sólo me queda decirte que hace ya bastante tiempo que no conseguíamos poner un cuatro en nuestro casillero particular, ¿hablas de los comentarios?, ¿de qué va ser Gon?, de la salsa de la vida bloguera, ¡jolines!, lo que me estoy perdiendo, para tu tranquilidad Gon, tengo que decirte que aunque no hayas estado presente, tus yogures ha sido muy importante, ¡ah, bueno!, y vámonos ya, que va siendo hora.

miércoles, 2 de marzo de 2011

El caso del yogur perdido (y 3))

237 ¡Jefe!, Gon acaba de enviar el final de los yogures, ¡ay!, menos mal Alba, me tenía ya en ascuas, es que como nos descuidemos nos quedamos sin clientela, ¡qué exagerado es usted

.../...Viene de El caso del yogur perdido (2)
EL CASO DEL YOGUR PERDIDO ( y 3 )
Se miraron unos a otros más confusos que todas las cosas, y casi sin rechistar firmaron los papeles que les presentó el ayudante del jefe. La tensión se cortaba con una hoja de afeitar, el ambiente estaba tan enrarecido que el ayudante no se atrevió a musitar palabra. Recogió los papeles, los guardó en el portafolios y cogió puerta.
—Como haya sido el Damián es para rajarlo–comentó Luís.
—Ya tengo yo mis dudas ¿tú no ves?–dijo Julia-. Éste está demasiado enfadado para pensar que ha sido uno de nosotros. Ese yogur se lo ha tragado alguien no habitual y lo han visto, me apuesto lo que queráis.
—Mira que si ha sido la bruja de la encargada– lanzó sonriente Juan Carlos.
—¡Esa se traga hasta lo que no se puede nombrar!, lo que pasa es que nadie la ve. – dijo Pedro.
—Hombre esas cosas ya se las imagina una, todos sabemos historias de cambios de turno, servicios y rincones secretos ¡ay si las paredes hablaran!–exclamó Julia.
—Bueno, bueno, no pasarse– cortó Javier-, vamos al yogur que es lo que nos interesa, ¿a quién culpamos a Damián, a la encargada o a la monja?
—¡Mira que si se lo ha comido el jefe!–dijo carcajeándose Juan Carlos.
—¡Ja, ja, ja, ja!
—Se me ocurre una idea–dijo Pedro-, ¿porqué no cogemos cada día uno, nos lo comemos y volvemos a ponerlo en su sitio vacío, como si fuese un fallo de fábrica?
—¡No! Mejor con una nota dentro que diga más o menos: “Tenía tan buena cara que no pude resistir la tentación. Firmado: el goloso yogurtero”– dijo partiéndose de risa Luís.
—¡Ja, ja, ja!– risotada general.
—¿Y qué hacemos con la encargada?– dijo Pedro entre risas.
—La mandamos al servicio, no te joe–respondió Julia.
—Por cierto, cambiando de tema ¿habéis visto en la tele la casa de la alcaldesa de Marbella?.. ¿Cuántos yogures se ha tenido que tomar esa a cuenta de todos nosotros?
—Eso, eso, y ahora viene éste con el cuento de que falta un yogur. ¡Serán miserables! Y que nos va a poner de patitas en la calle ¡no te joe! ¡Que bien se llevan las cuentas de los pobres! Al que de verdad roba mira como no lo denuncian y siempre tiene por donde escaparse–dijo Julia.
—Yo estoy con Pedro. Debemos dar un escarmiento a gente como nuestra encargada o nuestro jefe, para que vean que no somos tontos y que si un día alguno de nosotros peca de comilón, eso es una auténtica miseria si cotejamos nóminas y empezamos a ver de donde salen determinados conceptos–propuso Javier.
—¡Ahí, ahí!, yo apoyo la idea–aplaudió Juan Carlos.
—Pensemos. A ver que se nos ocurre para que nos respeten–dijo Pedro.
—Pues adelante, yo ya me estoy estrujando el fajín–lanzó Luís.
Se hizo el silencio y todos quedaron pensativos un momento, nadie se atrevía a decir nada, suponiendo que era una chorrada su idea, pero cada cual barajaba una posibilidad a la que se le daba vueltas y vueltas. De pronto, se oye el chirriar de la puerta de acceso al recinto (se miran unos a otros), se escucha el sonido de la puerta de la cámara al abrirse, unos leves crujidos y el golpeo al cerrarse...de nuevo el chirrío inicial y nadie dice una palabra. Casi a coro, los operarios lanzan un grito, levantándose de sus asientos:
—¡¡La monja!!
A partir de ese día y de forma continuada en cada grupo de cuatro yogures siempre aparecía uno vacío de contenido, pero con una nota en su interior en la cual se hacía alusión a determinadas situaciones que ponían en un gran apuro a su destinatario por cobrar primas que no le correspondían, por faltar al trabajo, por objetivos inexistentes, por horarios incumplidos, por no poseer la titulación adecuada, por falsear documentos, por aceptar chantajes, por no asistir a congresos subvencionados, por no estar en el lugar adecuado y el momento preciso, por intrusismo laboral, por no denunciar, por prevaricación, por gastos injustificados, por connivencia, por fraude, por falta de previsión, por incumplimiento de las obligaciones legales, por el irrespeto al medio ambiente, por fumar, por incapacidad laboral, por incrementar el número de accidentes laborales, por no formar a los trabajadores, por no informar a los trabajadores, por no incentivar, por no respetar el código de conducta, por ignorar la salud laboral, por no respetar la igualdad de oportunidades, por no evitar persecuciones psicológicas, por practicar la competencia laboral, por falta de transparencia...
Cuando la encargada preguntaba a alguno de los operarios si sabían algo con relación al yogur perdido, ellos siempre se acogían a un mismo lema: “Yo no sé nada, pero durante la hora del desayuno me ha parecido ver a una monja”. Se seguían haciendo recuentos, rellenando tablas que completaban carpetas que se amontonaban en el cuarto de archivo o se introducían los datos en modernos pc, el jefe de vez en cuando preguntaba como iba todo, e incluso bromeaba con los empleados por los resultados futbolísticos del domingo, ponía el gesto serio cuando se trataba de solucionar algún problema pero ni Julia, ni Javier, ni Juan Carlos, ni Luís, ni Pedro volvieron a recibir nunca más amenazas de abandonar la empresa.