lunes, 27 de octubre de 2014

Un hombre de carne y hueso


412 Hola Gon, hoy vamos con prisas, tan solo te puedo decir que estuve por Linares de la Sierra y me encontré con Vero y Conchi, ah, qué bien, ya hablaremos, ahí te dejo un soneto para que lo cuelgues, adiós, adiós…

En la paz de la umbría, diestramente
                                                      va abriendo surcos de esperanza. Canta.
                                                      Un cuervo grazna, la mula se espanta,
                                                      chirriantes latigazos sabiamente

                                                      median. Gime. Despliega ferozmente
                                                      al aire amplio abanico -mano santa-,
                                                      da cobijo al incipiente embrión. ¡Tanta
                                                      lucha! Rie. Retorna pacientemente

                                                      al duro terrón deforme. Una nube
                                                      presagia rayos desafiantes. Grita.
                                                      Blasfema. En mágica alfombra se sube

                                                     volando en feliz futuro. Se irrita
                                                     al perder su pátina de querube.
                                                    Piensa en sus hijos, su mujer. Tirita.

lunes, 20 de octubre de 2014

Entre castañas y setas

411 Qué me gustó ayer el paseo por el campo, Gon, te lo tengo dicho, Alba, el aire del campo es muy sano, tienes razón: cuántas castañas, qué de setas, es que fuiste a la cuna, Alba, la Sierra de Aracena, ni más ni menos, seguro que a nuestra amigas Marisa, Priego y MJ Collado les hubiese encantado, seguro que si, Gon, por cierto ¿tú sabes que MJ Collado presenta hoy en Sevilla un nuevo poemario, claro que si, Alba, una cosa es que sea más narrador que poeta y otra muy distinta que no esté al tanto de lo que se cuece a nuestro alrededor, de acuerdo, mejor que menor, por cierto el libro se llama “Aún la lumbre”, allí estaremos compañera, pero antes tenemos Tertulia, ya lo creo, Gon, y si va en la línea de la última vez podemos batir record de asistencia, lo cual es noticia ¿no te parece, compañero?, yo me he preparado muy bien por si me preguntan, ¿quién?, quien va a ser, Alba, qué cosas tienes, D. José, no te pases que estamos en una tertulia no en una clase de secundaria, ya, ya, pero por si acaso he estado leyendo sobre José Luis Sampedro, por lo que pueda pasar, eso está bien porque hablaremos de La sonrisa etrusca, pero de ahí a pensar que nos va a examinar, y todo eso quitándome tiempo de mi lectura de El club Dumas”, de eso no me hables, Gon, que se me están apilando los libros de poesía en los que tengo que trabajar, ¿oye, Alba, y qué me dices del casting?, ¿de qué me hablas, Gon?, me refiero a la prueba a la que ha sometido el jefe a sus amigos más cercanos buscando una portada para la próxima publicación, pues no me había enterado de nada, ¿no me digas?, te enterarás, Alba, te enterarás, ¿y el librito sobre aves, cómo lo llevas?, a falta de unos flecos, casi terminado, Priego y Marisa, seguro que se alegrarán, seguro Alba, ellas y todos los amantes de la Naturaleza porque será una publicación modesta, pero educadora que es lo importante, ya lo creo, y ya mismo está aquí Belda, ¿quién Néstor?, claro, con su libro bajo el brazo, ¡ojú que otoño!, dejémoslo ahí, Gon, dejémoslo.

martes, 14 de octubre de 2014

Casi una historia de aves III

410 Qué de agua, Gon, como todos los otoños, Alba, vamos a lo que vamos: Marisa y María Antonia me hicieron ver lo relajante de nuestra casa con la que está cayendo, pues a mí, Amparo y M. José Collado me comentaron que sintieron esos sonidos que les pusimos la semana pasada, y Vero decía que si la tormenta descargó, ya lo creo que descargó, Gon y a base de bien, y para hoy un capítulo más dedicado a las aves…

La tórtola símbolo de los poetas, relámpago azul para otros, posee una para nupcial que encandila, un arrullo que ensimisma, una forma de darse el pico que atrae, y un ascenso vertical, como cogidos de la mano, que le lleva hasta las mismas puertas del cielo. Lo lamentable y doloroso es que todos los veranos, cuando aflora a nuestros bosques, se encuentra con la sed incontenida de escopeteros para los cuales nada de esto importa, los cañones has de escupir plomo y las tórtolas pagar las consecuencias de una actividad que por mucha regulación que tenga no deja de ser una trampa mortal para una especie, a la que bien pudiera terminar ocurriéndole como a su pariente, la paloma migradora americana que, de bandos de millones de individuos, pasó a desaparecer como especie en unos pocos años. Muerte en movimiento para probar la pericia del cazador, el cual utiliza otra artimaña no menos cruel en el caso de la perdiz: aprovechar la época de celo para acabar con unos amores atraídos por el reclamo. Si en ningún caso están justificadas las armas de fuego, en situaciones de tan desigual lucha es donde menos sentido tiene su continua e imparable utilización. Caemos, de nuevo, en un caso de conciencia.




Por fortuna ni todos los hombres son escopeteros, ni a todas las aves se las trata con tanto desprecio. La popular cigüeña, por ejemplo, es tan querida allí por donde mora, que en determinados pueblos de la serranía gaditana, hay personas que se sienten tristes por la no presencia de la zancuda; estaban tan hechos a verla llegar cada primavera que ahora, al no hacerlo, parece como si les faltara algo. En Jimena de la Frontera existe una colonia de ocho o diez nidos, colocados sobre la ruina de una antigua fábrica de bombas, donde estas picudas conviven con unas personas que habitan en el lugar y en el cual no hace falta la figura del proteccionista del Estado, ni siquiera la testimonial de los ecologistas, puesto que son de la colonia. Por regiones, Extremadura se lleva la palma en cuanto a respeto hacia la especie (posee el 50% de las cigüelas españolas), pudiéndose observar desde muchas carreteras las hileras de nidos colocados sobre los postes eléctricos. Se da incluso la paradoja de la existencia de un pueblo, el Gordo, donde el número de habitantes y el de cigüeñas casi caminan parejos, unos cuatrocientos. Y tan felices. No obstante hay que decir que a pesar de todo aún quedan parajes que continúan sufriendo la incomprensión y las aves han de emigrar hacia nuevos pastos para poder disolverse sin problemas de vecindad.



De sonidos de aves está lleno el campo. En cualquier época de año las frondosas riberas, la dehesa, el monte, cobijan tal cantidad de individuos cantores que tan sólo cuando uno se detiene y se dispone a captar esta singular sinfonía es cuando puede apreciarse el tesoro oculto que poseemos. La tórtola, el cuco, la abubilla, la codorniz juegan con nosotros a descubrir sus escondites; el mirlo, el carbonero, el alcaudón pretenderán despistarnos con exhibiciones de la siringe para que nunca sepamos a ciencia cierta si se trata de ellos mismos; la cogujada, el jilguero y el triguero lo harán a pecho descubierto, con todo el orgullo de que se sabe dueño de un fruto sabroso que hay que pregonar; y por último, en el recuerdo de esta breve muestra hemos de citar el portentoso ruiseñor capaz de entusiasmarse tanto por su obra que ya no sabe cuándo es día ni cuándo es noche.



De la mano de la gente de bien han salido de paseo, fueron al cine, al teatro, al baile; visitaron museos de arte, exposiciones monográficas y colectivas; escucharon conferencias, audiciones musicales, se vieron en los escaparates de las librerías. Se codearon y supieron estar en el mundo hasta hacerse un lugar de privilegio del que nunca deberían salir. El hombre, aunque sólo fuese en señal de respeto, tendría que esforzarse por que esto fuese posible. La población aviar sabrá corresponder a tal gentileza.



martes, 7 de octubre de 2014

Sonidos del atardecer

409 ¿Y tú que piensas de las tarjetas negras, Gon?, ¡Mandeee!, perdona, hijo no se lo que digo… ¿viste a esa persona que pasó por aquí como de forma equivocada?, 03160_V, eso, digamos que estuve tomando café con Priego y MJosé, a la que tenemos que agradecer su haiku, así es, y ahora pon ya tu micro y vamos a otra cosa, voy, voy, pues adiós.




Una tórtola turca proclama sus derechos desde el último eslabón de una mohosa antena de televisión, mientras un palomo doméstico de plumaje grisáceo enarbola su buche y danza alrededor de la hembra, requiriéndola en amores. En la radio suena la voz de Alejandro Sanz interpretando “Ella”; unos cuantos gorriones alborotan por la posesión de un hueco en la pared, y una sierra radial hace apretar los dientes para contrarrestar tan ingrata percusión. Una nube negra avanza desde Portugal. Las monjas piden a los feligreses que acudan a misa de siete con dos toques largos y un repiqueteo de campanas menudas. En la lejanía se oye el murmullo del tráfico, tan sólo interrumpido por la presencia de una escandalosa sirena que pide a gritos abrirse paso. Ahora es un tordo quien silba desde el pico de una torre, y unos vencejos le sobrevuelan emitiendo estridentes chirrííí. El vecino del segundo continúa grapando la tapicería del sofá con la consiguiente parsimonia del trabajo bien hecho. Ahora se debe haber producido un atasco porque se oye el sonido de los cláxones casi sin parar. La nube cubre media bóveda celeste. La emisora de radio se autodefine como la mejor, y un coche grúa da marcha atrás emitiendo agudos pitidos disuasorios. Un avión, que no se ve, pasa por algún lugar del espacio aéreo. No se oye, pero se ve el resplandor de un rayo, al que de inmediato sigue un estruendoso ruido, para terminar cayendo unos gruesos goterones a los que se les siente estrellarse contra la solería de la azotea. Fin del espectáculo.