jueves, 26 de noviembre de 2015

Te confieso



Te confieso que he pecado
contra el décimo mandamiento,
derramé todos mis besos en el brocal
ardiente de tu cintura
-pómulos de carnaval-
dejaste corretear mis dedos
por el entresijo de tu piel de nácar,
se me durmió la lengua
escalando a pulmón libre la
nívea geografía, oasis de mis sentidos
y sentí posarse
una mariposa iphiclides libando despreocupada.
El interior de mi cuerpo
era volcán, lava, fuego.
Ni triste uniforme de invierno
ni aroma de recatados vaqueros,
piel con piel,
febril lucha grecorromana
batalla henchida de labios
rebosantes de salina.
Nunca fue mi mano tan diestra.
Abejarucos en vuelo
buscan donde cobijarse.
su voz, me resulta conocida.
Si debo pagar estoy dispuesto,
mi caballo enjaezado.
Mándame cerca del mar,
allí donde las dunas me recuerdan
tu figura.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Y mientras tanto

 En esta semana, en la que se sigue hablando sobre los acontecimientos de París, me convenzo a mi mismo de que estamos inmersos en una tercera guerra mundial de consecuencias imprevisibles. Y ante estas circunstancias ¿qué tiene uno qué hacer? ¿cómo centrarse en mandar el twit diario sobre algo que no tenga nada que ver con el terrorismo yihadista y la forma de combatirlo? Cuesta lo suyo. Me sumo a la repulsa a la violencia, ignoro cuál será el mejor camino a seguir, pero quiero centrarme en lo que más reconforta a mi espíritu que desde luego está muy lejos del uso de la fuerza para resolver los conflictos, aunque sean de este calibre. Y a ello contribuye la literatura. Dos libros han entretenido mi tiempo en los últimos días:

El vino de la juventud de John Fante y El amante bilingüe de Juan Marsé. En el primero de ellos he encontrado una forma muy sugestiva de relatar puesto que lo que parece un libro de relatos es en realidad una novela, narrada en primera persona por un niño de catorce años que vive en Colorado en los años cuarenta en el seno de una familia humilde. Lo que más me llama la atención es la manera de presentar los hechos basados en la acción y a partir de ahí el lector que ponga el resto. Realismo sucio, dicen algunos.


El libro de Marsé abunda en su manera de presentarnos la Barcelona de la posguerra, la relación de un hombre sin grandes recursos y una dama de la alta burguesía. Una singular novela corta, ingeniosa dónde las haya, que incide en las miserias de la vida que a pesar del paso de tiempo, aún persisten.
Como decía el principio, esto de leer relaja. Entre otros espacios suelo hacerlo mientras espero la llegada del autobús y es muy raro hallarme con alguien que lo haga, el personal se apunta más al fenómeno whatsapp. Ni siquiera el libro electrónico parece tener cabida.
          
 Y en medio de estas me llega, por fin, la voz del cantaor Arcángel que en su directo me acaba de convencer de que el arte, cuando es puro, puede permanecer por encima de todo. Desde aquella aparición suya en el Festival de Flamenco Joven de Paymogo, no he dejado de seguir sus pasos y ha terminado por cautivarme. Debilidades.
Se me graba en la mente una frase que leo en la prensa de la pluma de Arcadi Espada: Cómo conseguir hacer de un hombre una bomba. No depende de la ingesta de un barbitúrico, estoy convencido. Es el producto de años y años de enfrentamientos, de generaciones perdidas sin que se deje de tensar la cuerda Oriente-Occidente, y de que las religiones sean las protagonistas por encima de las personas. Ahora es el Estado Islámico. Antes eran las armas de destrucción masiva o las travesuras del malísimo  Bin Laden. Mahi Binebine dice en su artículo Tristeza e impotencia —El Mundo, martes 17 de Noviembre de 2015—: “Nada justifica la muerte de inocentes ni en Madrid, ni en Tel Aviv ni en Gaza”. Recomiendo su atenta lectura porque creo que resume en pocas palabras lo que estamos viviendo hoy y cuales pueden ser su orígenes.
                                                                                      

 En el Festival de Cine de Sevilla, asisto a la proyección de la película La vida en llamas. Todo el tiempo estoy pensando en el libro Cuando los bosques mueren. Nunca pude estar más identificado con la cercanía que el director da a los protagonistas. Y desde luego si somos capaces de abstraernos y concentrarnos en ella, el mensaje tiene que dejar huella.
Y ahora vuelvo al twit diario. No me reconforta mucho, pero al menos me he desahogado.

lunes, 2 de noviembre de 2015

La tertulia de los lunes



La semana pasada tuvimos en nuestra tertulia la gran fortuna de rodearnos de poesía. Ello fue posible porque se sentaron en la misma mesa: Verónica Calvo


 que nos llegó de la mano de 2DeLetras, Antonia María Carrascal, Onofre Rojano y Rafael Indi. Todos ellos leyeron algunos de sus poemas, al tiempo que nos desgranaron la esencia entre lo que se escribe y lo que se publica, el papel de las editoriales, las penurias o la fortuna del poeta de cara a la difusión de su obra. No es que nos hiciéramos la clásica pregunta de qué es poesía, pero poco le faltó, no en vano estamos en Sevilla y ya se sabe que por aquí muy cerquita, apenas un par de calles más abajo de esta Alameda de Hércules, anduvo Gustavo Adolfo Bécquer, que en pleno siglo XIX ya se la hizo.Las pequeñas esencias de Verónica son como un bálsamo para el espíritu. La edición de su libro es un lujo para la vista y la idea que ella y Manel tienen sobre el papel del escritor en relación con su editorial, ya la quisiéramos para sí más de uno.
 
Antonia María, trajo bajo su brazo su último libro El hombre que te habita, publicado en Autores premiados. Sus versos y su voz llenaron de sabor la sala que nos acoge la mayoría de los lunes en la Casa de las Sirenas. Comenzó publicando literatura juvenil, pero su paso a la poesía , además de un acierto es una gozada para los que amamos este género.


A su lado se encontraba, Onofre Rojano, miembro activo de la tertulia, al que no por conocido, deja de sorprender. Nos leyó un par de poemas escritos en unos folios, porque aún se hallan en ese periodo en el que buscan un premio que conseguir. Onofre es un maestro en esos menesteres y tarde o temprano veremos ese poemario trascrito a un libro de gruesas tapas, no me cabe ninguna duda, a pesar de cómo está el patio de las publicaciones. Su envidiable curriculo lo atestigua.



Por último habló Rafael Indi que acaba de publicar Kirieleisón en Ediciones En Huida. Costó lo suyo que nos leyera uno de sus poemas, pero al final, gracias a las nuevas tecnologías lo consiguió. Quiere abrirse paso Rafael en el mundillo. Su juventud juega a favor y sus ganas de escribir también, así que espero verle en más de una ocasión por aquí participando en nuestra tertulia.
Álex Ruíz, de la Asociación DiFusionados, participó con nosotros y esto nos sirvió para enterarnos en vivo y en directo de esas otras formas que existen de llegar el poeta al público y dar a conocer su trabajo. La unión hace la fuerza, por muy individual que resulte el acto de escribir.
Invitadas estaban: María José Collado, Trini Reina y Miuris Riva. Las eché de menos porque conozco su poesía, pero en esta ocasión no pudo ser. Es de agradecer su interés y desde aquí les advierto que estén atentas puesto que tendremos que volver a llenar esta estancia de poesía y cuento con ellas.