jueves, 31 de diciembre de 2015

Mis compañeros de viaje


Casi al mismo tiempo que preparo las uvas, quiero hacer balance sobre los libros con los que me he tenido algún tipo de relación en este 2015, que se nos va.
Por nuestra Tertulia de la Casa de las Sirenas, pasaron Requiem por un campesino español de Ramón J. Sender, Niebla de Miguel de Unamuno, La peste de Albert Camus y Diario de un emigrante de Miguel Delibes. Cada uno de ellos dejó una huella que será difícil que olvidemos, a pesar de que el disco duro lo tenemos ya con necesidad de más gigas —si eso fuese posible. En una edición especial estuvieron los poemarios Las pequeñas esencia de Verónica Calvo, El hombre que te habita de Antonia María Carrascal, Kirieleison de Rafael Indi y Signos de luz de Onofre Rojano. Al amparo de esta tertulia, presentamos el libro de relatos Maneras de desandar el tiempo, de autoría colectiva en la que participa el grupo Punto y seguido. Y por último el libro de relatos Una parada obligatoria del que soy autor.
Siguiendo con las tertulias, en la que participo auspiciada por la Casa del Libro, tuve ocasión de conocer a nuevos autores norteamericanos y degustar de su escritura. Fueron los casos de El final de la historia de Lydia Davis, La luz que no puedes ver de Antony Doer, El vino de la juventud de John Fante, Rock Springs de Richard Ford, Infinito: La historia de un momento de Gabriel Josipovici, Gracias por le compañía de Lorrie Moore y El impostor de Javier Cercas. Ni que decir tiene que amén de la lectura, luego venía el debate y ahí si que el asunto se pone interesante porque tiene uno la oportunidad de contrastar lo asimilado con lo han entendido los demás.
En el ámbito doméstico y encuadrado dentro de ese proyecto en el que ando trabajando —Mis buenas o malas ideas porque, según Delibes, nadie es capaz de señalar la parte del cerebro donde se generan las buenas ideas—, he leído o releído: Cuentos completos de Ignacio Aldecoa, Los papeles del agua de Antonio Gala, El amante bilingüe de  Juan Marsé, Todo ese fuego de Ángeles Caso, Plenilunio de  Muñoz Molina, Las olvidadas de Ángeles Caso, Pactos y señales de JJBenitez, Nuevas andanzas y desventuras del Lazarillo de Tormes de Camilo José Cela, Memorias, entendimientos y voluntades de Camilo José Cela, Mazurca para dos muertos de Camilo José Cela, Café de artistas y otros papeles volanderos de  Camilo José Cela, Cela, mi padre de Camilo J. Cela Conde,
La trilogía de la niebla de Carlos Ruíz Zafón,  El mercenario de Granada de Juan Eslava Galán y La Eva futura de Lucía Etxebarria.
Por inclinaciones poéticas y, al margen de lo leído en Internet, he tenido en mis manos los siguientes títulos: Esencias de Francisco Muñoz Soler, Aún la lumbre de María José Collado, Poesía urbana de Luis García Montero y Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda. Para disfrutar en según qué momento.
He leído con atención, por tratarse de un regalo, Wicked, Memorias de una bruja mala de Gregory Maguire. Me situó en otra dimensión
Cierro este desfile libresco con dos títulos de uno de mis autores de cabecera: Horacio Quiroga. Releí Anaconda y me encontré por primera vez con Los desterrados y otros textos, una edición de Jorge Laforgue. Todo lo que diga es poco y desde luego merece un capítulo aparte, que algún día llegará.
Así que, volvamos a las uvas, ojo con atragantarse y ¡chin, chin! Va por todos ustedes.

viernes, 25 de diciembre de 2015

Encuentro


Ante un hombre de piel negra, dos policías uniformados se detienen. Gorriones, palomas y tórtolas cesan en su incansable actividad, hasta un niño deja de botar el balón. El hombre mete la mano en su bolsillo, extrae un mechero y prende el cigarrillo de uno de los policías.

jueves, 17 de diciembre de 2015

Wicked



WICKED Memorias de una bruja mala
Planeta Bookket 2013
575 páginas

Dice la portada que estamos ante un libro de referencia de la fantasía para adultos. Dicho así parece que nos vamos a encontrar con un texto pornográfico o algo por el estilo. La realidad es otra: se trata más bien de entrar en una nebulosa en la que hay que irse adaptando a las reglas del juego literario que nos presenta el autor. No estoy acostumbrado a este tipo de lecturas, así que he debido de esforzarme algo más de lo normal, aunque en todo momento me he ido imaginando que lo contado podría muy bien trasladarse a nuestro mundo y situarlo en algún rincón del orbe civilizado. Una utilización de lenguaje metafórico para que caigamos en la cuenta de lo fantasmas que somos los humanos de carne y hueso.  El libro comienza con la exposición de un mapa de nombres desconocidos, que nos hace pensar que estamos ante una novela juvenil o una saga similar a Harry Potter, pero conforme pasan las páginas y nos centramos en el fondo de lo tratado, comprobamos por donde iba la advertencia de la portada.
El primer apartado responde al nombre de Los Munchkins, que no es ni más ni menos que la tierra donde nace la protagonista, Elphaba, hija de un clérigo que predicaba la doctrina del Dios Innominado. El asunto comienza a ponerse interesante desde el punto y hora en que la piel de la niña es de color verde y tiene unos dientes capaces de devorar a quién se ponga por delante.
El segundo apartado se llama Gillikin y en él se relata la transformación de Elphaba de niña a joven puesto que entra en una residencia estudiantil y allí conoce a la gente que habrían de acompañarle hasta el final de la obra. Además de sus amistades y sus cuidadoras se halla la señora Morrible, directora de la institución, que con el paso del tiempo se convertiría en un enemigo a combatir. Salen a relucir animales y Animales, clara alusión a la diferencia de clases, ya que estos últimos están humanizados y conviven con el resto de los mortales. Una Cabra, el doctor Dillamond habría de ser la luz y guía de la formación de la muchacha y gracias a su aprendizaje llegaría a convertirse en la Bruja del Oeste.
En el tercer apartado La ciudad esmeralda se produce un acercamiento más intenso a las relaciones humanas, puesto que la muchacha verde, convertida en una luchadora por la liberación del opresor Mago, se reencuentra con Fiyero, antiguo compañero de estudios y heredero de un basto territorio,Winkus, al que gobernada junto a su esposa Sarima. Se convierten en amantes hasta que Fiyero muere como consecuencia de la actividad clandestina de Elphaba.
En el apartado cuarto En el Vinkus, la protagonista llega hasta las mismas puertas de la ciudadela de Kiamo Ko junto a Liir, un niño al que tardará en reconocer como su propio hijo. Comienza a ser reconocida como bruja e incluso posee una escoba con la que se dará algún que otro paseito. Con el paso del tiempo es ella la que se hace cargo del gobierno, aunque mantiene es su cabeza la idea de liquidar a la señora Morrible, mano derecha del Mago.
En el último de los apartados, El asesinato y lo que vino después  muere Nessaroe, hermana de la protagonista y heredera del País de los Munchkins. Elphaba es recibida en audiencia por Su Alteza el Mago Emperador de Oz y ahí cobra otra dimensión su participación en el devenir de todo el Imperio. Así que no es cosa de abundar en detalles y hasta aquí llegan los preámbulos.
La obra ha inspirado el musical Wicked, un auténtico fenómeno en Londres, Nueva York, Chicago y Los Ángeles, así que léanla, si les apetece, y comenten, comenten.

jueves, 10 de diciembre de 2015

Libros


La clase trabajadora siempre agradece la llegada de estos puentes, de ingeniería comercial, para darle un descanso a la monotonía y poner la cabeza en otro sitio, aunque no salgamos de las cuatro paredes en las que tenemos fijada nuestra residencia. La confianza de los inventores del sistema es que la gente se mueva, que se muevan los vehículos y que el dinero fluya de un bolsillo a otro, pero la realidad es que cada cual hace lo que buenamente puede. A lo que iba: Aprovechando el puente y siendo como soy ratón de biblioteca pública más que visitador de librerías, me he remangado y removido libros y más libros. Desde hace algún tiempo, amigos y conocidos les ha dado por deshacerse del libro-papel y, mire usted por dónde, me han dado en el icono de mis deseos.


 Nunca tuve a mi alcance una biblioteca personal, más allá que unos cuantos libros adquiridos aquí y allá, alguna colección, a pagar en cómodos plazos y los propios de los estudios realizados. Por eso cuando me empezaron a llegar ofertas de cuidador de libros ajenos, no me lo pensé. Compré unas cuantas estanterías de autoinstalación, acondicioné el espacio necesario, abrí un archivo excell y en un tiempo prudencial me he visto con una colección de más de mil seiscientos libros, de los que ya me gustaría disponer del tiempo necesario para leer al menos la mitad de ellos. Pero en fin, el objetivo está logrado: allí están ellos, tan formalitos, catalogados y en perfecta alineación para quien guste hacer uso del contenido de sus páginas.

 Hay de todo, ya digo que han llegado a mí porque estorbaban y porque el impulso de Internet es como un ciclón que lo tiene que coger a uno con las ideas muy claras.
Siguiendo el Sistema de clasificación decimal Dewey, es el apartado 800, el correspondiente a la Literatura y retórica quien se lleva la palma y, como es lógico —viviendo donde vivo— la Literatura de autores españoles y norteamericanos caminan a la par y dentro de ellos es la novelística quien me ha aportado mayor número de volúmenes. La literatura de autores de origen británico, germánico, francés, italiano, portugués, latino, indoeuropeo, afroasiático, urálico y helénico también han buscado su hueco. Y lo han encontrado a costa de mis horas de ocio.
En el apartado 900, correspondiente a la Geografía e Historia, incluyo la biografía de varios personajes de la vida política, literaria, social, científica y de alguna otra rama más difícil de encuadrar. Los libros de viajes, geografía pura y dura de todos los continentes, así como textos históricos tanto del mundo antiguo como de la historia general de cualquier continente, en especial de Europa.

 
En el 500 se encuadran las Ciencias Naturales y matemáticas y ahí, para un amante de la Naturaleza como yo, no podían faltar ejemplares de Ecología, de Biologia, de plantas, de animales, de Astronomía y en menor proporción los propios de matemáticas, física y química.

 
En el 300 predominan los libros de Educación en cualquiera de sus manifestaciones, en el 200, los de Religión, basados en la religión cristiana y en la Biblia. En el 600, correspondiente a las Ciencias aplicadas, se encuentra la Medicina con el apartado de Promoción de la salud como destacado y la Economía doméstica, como dato curioso. En el 100 los de Filosofía y Psicología, en el 400 los de Lengua y termina el ciclo con el 000, reservado a las generalidades, que sin llegar a poseer ningún ejemplar incunable, si que aparece catalogado algún libro notable bien sea por su encuadernación o por sus ilustraciones.
No sé si acabaré como Alonso Quijano, pero por el momento, lo estoy disfrutando.

jueves, 3 de diciembre de 2015

Cumbres borrascosas



París sigue estando en la cresta de la ola. Lo de esta semana nada, o casi, tiene que ver con los lamentables acontecimientos de la pasada, aunque el cambio del clima si que tiene que ver con los malos hábitos de la especie humana. La Tierra es poderosa y estará por encima de nosotros nos pongamos como nos pongamos, pero aunque solo sea por un requerimiento moral debemos conservar lo bueno que nos ofrece  —léase bosques, agua limpias, capa de ozono y algún que otro etcétera— para que nuestros descendientes tengan un resquicio donde desarrollar su vida. No espero milagros, no confío en las cumbres, pero hay que llevarlas a cabo, aunque sea nada más que para que salgan a relucir lo que dicen los científicos y las ongs que de verdad se preocupan por este asunto más allá del mercantilismo puro y duro.
La verdad es que es una situación ardua y compleja, así que para no desmerecer y continuar con un atisbo de esperanza me satisface comentar que hace poco estuve con un grupo de visitantes recorriendo Cortegana y sus alrededores. El motivo era visionar la película Loreak de Jon Garaño y José Mari Goenaga, que representará a España en Hollywood. El pueblo, que conozco desde hace mucho, nos recibió con un día frío donde los haya, aunque el agasajo fue genial, desde la visita a la última fábrica de tapones de corcho que queda en los alrededores, pasando por conocer los secretos del castillo —aquí me acordé de mi amiga Conchi, que tanto gusta de ofrecer a los internautas este tipo de lugares—, entrando en el restaurante Brasería Cine Martín, lugar emblemático dónde los haya puesto que ha aprovechado lo que fue una sala de cine, pequeña en dimensiones, para reconvertirla en un restaurante lleno de detalles cinematográficos, con lo cual para los amantes del séptimo arte es todo un detalle. La Academia del Cine español ha elegido este filme para competir como candidata española en la LXXXVIII edición de los Premios Oscar en la categoría de Mejor Película de Habla no inglesa y convertirse así en el primer filme en euskera que representará a España en los Oscar. Después de haber sido también el primer filme en lengua vasca que competía al premio de mejor película en los Goya.


Siguiendo con el mismo tema, quiero hacer mención al programa de La2 de Tve  Historia de nuestro cine, puesto que nos está permitiendo visionar, de forma cómoda, una serie de películas que han pasado como de puntillas por la televisión por aquello de la fuerza del imperioso cine norteamericano, por la censura, por intereses políticos, por intereses comerciales y vaya usted a saber por cuantos más, siempre en perjuicio del espectador. A mi entender, todo un acierto que se nos permita conocer el verdadero valor de nuestro cine.

Sobre libros quiero hablar de tres títulos: Niebla de Miguel de Unamuno, Wicked de Gregory Maguire y Todo ese fuego de Ángeles Caso. El primero de ellos porque ha servido de motivo de encuentro en nuestra tertulia de la Casa de las Sirenas. Hemos descubierto la complejidad de una novela dentro de su aparente sencillez.


Lo innovador de su autor para enfrentarse a los vericuetos del amor y de la muerte. Y en los dos siguientes por la coincidencia —me resisto a pensar en otras causas— del arranque de ambos libros aunque nada tengan que ver el uno con el otro: un pastor religioso, con familia a su cargo, que pierde a su mujer y en la que destaca una hija. Madre mía, madre mía.

 Luego, la trama de uno (Wicked) es pura fantasía y la del otro es una biografía novelada (las hermanas Brönte), pero hubo un momento que se me erizaron los pelos. Prometo seguir hablando de estos libros.
Termino con mi emocionado recuerdo del Saint Denis que conocí en el verano de 2007 y pensando en la boina que se ha cernido sobre la capital de España, formulo un deseo: hagan las cosas como es menester, señores de negro, y dejen que sigamos respirando un aire limpio en el sentido más amplio de la palabra.