jueves, 29 de junio de 2017

Doñana, una vez más

                                                     Foto tomada de la red
Tantas añoranzas tengo de la franja de mar que va entre Mazagón y la desembocadura del río Guadalquivir, que en estos días he sufrido en el alma la deriva del incendio iniciado en el término municipal de Moguer y que podía haber llegado al corazón de la joya de la corona de Huelva: El Parque Nacional de Doñana. Por fortuna se ha conseguido evitarlo, pero lo que no se ha podido parar ha sido la destrucción de 8.486 hectáreas de matorral y arbolado, que por mucho que la Naturaleza sea sabia, nunca será lo mismo, sobre todo cuando no ha sido ella la que ha provocado el cataclismo.
Mis primeras acampadas datan de un campismo libre, a pie de playa, en medio de una Naturaleza que nos ofrecía todo su esplendor. Conocí desde el camping de Mazagón hasta la misma ensenada donde el gran río de Andalucía se vierte en el mar. Tantos y tantos parajes: el Parador, el Pichilin, Cuesta Maneli, Camping la Estrella, campamento juvenil, camping Rocío, Fontanilla, y ese enorme paseo con las dunas a un lado y la mar al otro... horas y horas de placer y disfrute que en estos días se convirtieron en lágrimas viendo como las llamas lo devoraban todo a su paso incontrolado, como fuego de dragón que buscase llegar hasta las entrañas de su enemigo. Gracias a todas las personas, autoridades y ciudadanos, el mal mayor se ha podido evitar, pero lo perdido ahí queda, con mucha gente afectada en el plano material y también en los sentimientos, que cuentan y mucho en esto de la relación con el medio que nos rodea-
Ahora lo que todos esperamos es que las investigaciones sobre el suceso no queden en saco roto y se de con las verdaderas causas del incendio, que mucho me temo sean las que casi todos sospechamos: la incruenta mano del hombre que sigue siendo dañino cuando se lo propone. Ojalá me equivoque, pero el día que ocurrió y la hora hacen sospechar lo peor.
Termino estas líneas con un canto a la esperanza, para que la Naturaleza -con la ayuda del hombre- haga su trabajo y pronto desaparezcan las cenizas y vuelva el verde a predominar en el ambiente y dentro de lo posible para que se tomen las medidas oportunas para la no repetición de estos acontecimientos.

3 comentarios:

  1. Desgraciadamente, el hombre es capaz de los peores crímenes, y este ha sido uno de ellos.

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  2. Hola, Luisma. Ya ves, aquí nos encontramos con este panorama que parece mentira que haya podido ocurrir. Gracias por la visita.- Un abrazo

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  3. Hola Arruillo, también yo me temo lo peor de la investigación, tengo claro que ha sido intencionado.

    Abrazos.

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